Murió nomás el sabió itateño.
Hablé muchas veces con el querido Pocho Roch. La última fue para consultarlo sobre un asunto para una crónica: http://bit.ly/2y7fSu6
Hablamos largo, despacio. Aquí un fragmento. ?
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-Que Dios te bendiga -me dijo el cura.
-Y a Boquita, que juega a las 7 -vociferó como un hincha.
Y me puso a reír.
Días más tarde volvería a escuchar la frase. Hablaba con Pocho Roch sobre Itatí, cómo no. Sobre historia y religión. Sobre la droga.
-Esto pasa en todo el país -dijo con su voz en queja.
-La mía es una opinión muy dolorosa. Somos un centro religioso de importancia nacional y continental y nos enlodan. Y nosotros no tenemos la culpa.
El viejo Roch habla de la culpa pública. Del mirar sin ver. Del estar sin hacer. De la impericia o la complicidad. Habla de Itatí y del 90 por ciento de la gente que es gente de bien.
Su sabiduría es inmensa y él la comparte generoso.
-Gracias Pocho -le digo.
-Que Dios te bendiga -me dijo con su voz jesuita. Y me puso a llorar.
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Siempre creí que esa crónica, Misa de domingo en Itatí, podría musicalizarse con este tema.
Gracias Pocho, de nuevo. Y hasta siempre.