El aborto de las perras, y los perros

Resulta fundamental, hoy, hacer foco en la sesión que entre el miércoles y jueves posibilitó la primera sanción del proyecto de legalización del aborto. Y hacer notar que hasta parece viable este país con sus instituciones andando.
Es necesario destacar el trabajo de las legisladoras y legisladores que se tomaron su tiempo, escucharon a la sociedad civil organizada y le dieron marco institucional al debate de un tema que hasta ayer nomás era de los más oscuros y mejor guardados. En rigor, un asunto escondido.
Es legítimo, por eso, destacar el valor del presidente Mauricio Macri de poner el tema sobre la mesa y la apertura de la Cámara de Diputados, que asumió su cuota parte para dar una discusión de cara a la gente.
Allí una clave: la madurez política demostrada en todo el proceso no constituye una concesión graciosa de los parlamentarios. Los nuevos derechos, cuando surgen, en general les son arrebatados a alguien que no quiere cederlos. Y esta vez, los diputados y diputadas fueron portavoces de un momento, de un reclamo que lleva años y que tomó cuerpo y desarrolló alas por la militancia de miles de mujeres que, como muchas en este país, pasan a la historia luciendo pañuelos. Ahora son de color verde.

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Es necesario, asimismo, saludar el alto nivel de conciencia democrática de los actores de uno y otro lado que posibilitaron la construcción de la media sanción para un proyecto que salió mejor de como ingresó, porque el texto permeó a extendidos aportes fundados en evidencias, en asuntos políticos antes que metafísicos, en el entendimiento de que lo que se trata aquí y ahora es de una cuestión de salud pública. De la legalidad o clandestinidad de una práctica que existe. Y mata.
El trabajo legislativo hizo olvidar, por momentos, que muchos de estos legisladores generan rechazos. Que muchos son sobrevivientes del que se vayan todos. Del borocotazo. Mercaderes de los pasajes de avión o colectivo. De cupos interminables. Que son privilegiados con dietas de una economía enajenada muchas veces de las crisis del país. Casi no importó.
Se les reconoce, en cambio, el haber afrontado el desafío de tratar un tema que incomoda y atraviesa de manera transversal a partidos, credos y clases sociales. Muchos resistieron a presiones, de uno y otro lado, y entendieron su lugar: que esta vez fueron instrumento de una voluntad popular que está varios pasos adelante de la voluntad política.

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En eso estábamos hasta que aparecieron los legisladores correntinos. Apareció Estela Regidor, comparó a las mujeres con perras preñadas y fue tendencia nacional en todos los rankings de las barbaridades antiderechos. Apareció Julián Dindart con un cinismo que parece perfeccionarse con el tiempo y luego Oscar Macías, que no tuvo mejor idea que copiar el argumento de una filósofa que está a favor del aborto para votar, él, en contra. No apareció Jorge Romero, pues prefirió la mitad de abajo de la medianía y no obstante votar en contra. Apareció Araceli Ferreyra, sí, y dijo a los tropiezos lo que piensa y milita. Luego José Ruiz Aragón, que tribuneó con un documento ajeno pero que le calzó al efecto. Y Sofía Brambilla, que navegó aguas mansas desde lo discursivo, después de soportar ataques arteros del fuego amigo.
Los correntinos votaron 4 en contra y 3 a favor. Y está perfecto. De eso se trata la democracia. Pero más allá del voto, respetable en toda su dimensión, hay cuestiones que no pueden pasar de largo. No se trata sólo del aborto. Se trata de los argumentos utilizados: del cinismo, la hipocresía, la pereza intelectual y la demagogia que ha sumido a nuestra embajada parlamentaria en una mediocridad que avergüenza. Indigna de nuestra propia historia.
Varias preguntas: ¿No trabajan de eso? ¿No tienen tiempo para estudiar los temas o lo que van a decir al respecto? ¿No se pasaron tres meses escuchando especialistas para salir a rebolear desatinos como quien apurado por las tripas se hace encima? ¿Nadie les dijo que eran la voz institucional de un momento histórico? ¿Nadie les avisó que el país estaba mirando? Veamos:

Las perras preñadas
“¿Qué pasa cuando nuestra perrita se nos queda embarazada? No le llevamos al veterinario para que aborte… Lamentamos: uuu. Pero inmediatamente salimos a buscar a quién regalarle los perritos. ¿Si? (¿?)… No sé de qué se burlan”.
Más allá de su posición fervorosamente militada en favor de “las dos vidas”, respetable por cierto, la diputada radical Estela Regidor no puede comparar a las mujeres con perras preñadas. No. No puede decir que las peores fieras tienen a sus crías, porque algunas incluso se comen a sus crías. Pero además porque en el reino animal no está configurada la violación ni el consentimiento, o los problemas derivados de la pobreza y de la falta de educación. Por eso no puede.
Regidor dijo además que no cree en las cifras que expusieron el anterior ni el actual ministro de Salud, pese a que es de su alianza. No cree porque esta vez esos datos hacen trizas sus sesgos. Y pese a que dijo al inicio que tiene “escaso razonamiento”, puso en duda el rigor científico de las cifras aportadas por los científicos.
Dijo bien, eso sí, que toda la situación de vulnerabilidad de las mujeres tiene causas: la pobreza, el sistema sanitario deficitario y la falta de políticas de contención. Dijo que conoce niñas de 9 años que quedaron embarazadas, pero no dijo si denunció esas violaciones, y tampoco recordó que el sistema sanitario del que habla es el sistema que sostuvo su jefe, Ricardo Colombi, con ministros como su compañero de bancada, Julián Dindart, que se fue al Congreso dejando en Corrientes los peores índices de mortalidad infantil y neonatal del país, con hospitales desmantelados donde ni siquiera se podían practicar partos de rutina.
Dijo la diputada, asimismo, que urge educar desde temprana edad, pero olvidó decir que el gobierno de Colombi -o de los primos Colombi-, que se extendió por 16 años desde 2001, no garantizó las políticas de educación sexual integral ni el acceso total a métodos de anticoncepción. En cambio, su mentor apuró una declaración pro-vida cerca de calculadas fechas electorales.
Para cerrar se reservó lo mejor: mandó a sus colegas a leer. A leer proyectos alternativos como uno de su autoría que, según dijo, propone contención para la mujer y, de paso, la adopción desde el vientre materno. Cualquier parecido con el libro de Margaret Atwood, es pura coincidencia. Más allá de todo, “El cuento de la criada” es una muy buena lectura. Inquietante, como las palabras de Estela.

El poeta de las cañadas
El también radical Julián Dindart fue todavía más allá. Con su cara endurecida por una argamasa de cinismo negacionista, comenzó su alocución algo contrariado porque, según dijo, el proyecto pateó formalidades. No dijo cuales.
Se enojó además porque la hipocresía comenzó temprano en el recinto, según dijo. Y por esta razón, tal vez, sintió que él también podía hacer su aporte.
Dijo que camina entre los pobres y que los pobres sienten orgullo cuando conciben hijos. Habló como pediatra -dijo- y por eso me niego a votar la ley. Porque el texto deja afuera de la decisión al padre y la mujer no puede tomar sola la decisión de abortar. No puede, dijo. Es injusto.
Dindart, que en sus épocas de ministro de Salud no sólo empeoró los índices sanitarios sino que dijo que las chicas se embarazan para cobrar un plan (cosa que repitió después siendo titular de la comisión de Familia, por lo cual lo echaron de ese puesto) ahora se escandalizó ante sus pares porque en el debate -dijo- hubo muchas posiciones extremistas.
Reconoció que en los países avanzados la situación del aborto legal lleva a la baja las muertes y el número de prácticas, pero para eso, recordó, primero hay que educar. ¿No se le ocurrió decirle eso a Colombi en su momento? ¿No se le ocurrió plantear esa queja cuando gobernaba el kirchnerismo? ¿No se le ocurrió decírselo a Macri? No. Se le ocurrió ahora.
Tal vez no podía hacer esos planteos, y por eso, para aliviar sus frustraciones, recurre a la catarsis escrita. Y fue entonces cuando reveló que en sus ratos libres se desahoga escribiendo poemas. Y recitó uno de su autoría, justo el 13, día del escritor.
Está inspirado en una madre que abortó, dijo. Aquí un extracto:

Hay dos ojos que me miran
hay pasos que nunca he oído
hay momentos que ya fueron
hay momentos no existidos…

Con sarcasmo agudo, alguien dijo que después de escuchar las aventuras literarias de Dindart, Borges se revolcó en su tumba pidiendo una ficha de afiliación al peronismo.

El copión
Y cuando parecía que ya estaba la cosa, apareció el peronista-sciolista goyano Oscar Macías con un discurso mal leído que estaba condenado a la intrascendencia hasta que alguien lo descubrió.
El cantante con licencia -famoso por ponerle voz al himno de la Fiesta Nacional del Surubí- parece que no tuvo tiempo para armarse una postura y entonces no sopesó mejor idea que ver una charla TEDx y copiarse unas palabritas.
En concreto, a Macías se lo acusa de plagiar pasajes casi textuales de una charla que realizó la ensayista, filósofa y poeta Laura Klein, quien usó los argumentos robados por Macías para manifestarse a favor del aborto legal.
La escritora, además, fue una de las 700 oradoras que opinó en el marco de los trabajos de comisión desarrollados en el Congreso. Al parecer, el diputado no tuvo tiempo de averiguar y lo mandaron, o fue él mismo, por su pereza, al rincón de los más vagos entre los diputados. No se trata aquí sólo de pereza intelectual sino de robo intelectual: una forma artera de no reconocer el trabajo del otro. Así y todo, después de haber sido pillado, dijo que de ser necesario pedirá disculpas personalmente a la escritora. Y hasta se enojó por lo que calificó una ridiculez. Es decir el robo. Curiosa la escala de valores la del diputado.

La nada
Para ser justos, igual, hay que decir que el más “cómodo” de los legisladores correntinos fue Jorge Antonio Romero (PJ), que ni siquiera se molestó en hablar. Como no está obligado a exponer para recibir su paga, se limitó a votar la ley. A votar en contra de ella.

La militante
De nuevo: uno puede estar en contra o a favor no sólo del aborto legal sino de las posturas de los legisladores, pero no se puede dejar de reconocer, en la diputada Araceli Ferreyra (FPV), su militancia activa en la lucha de las mujeres. Su posición, dicha con tropiezos, a las apuradas, con nerviosismo, y apelando a cuestiones más bien legislativas, nunca fue impostada ni mucho menos especulativa.
Fue siempre de frente, al frente. Porque no se puede andar por la vida con el dedito acusador bancando pensamientos de la época de las carretas, argumentó, y descalzó el asunto de las cifras. Es verdad: no hay cifras porque los abortos son clandestinos, bramó, y se ganó unos aplausos. No estuvo brillante, pero se le notó su entrega a la causa y algo fundamental como mínimo: el dominio del expediente que trataban.

Para la tribuna
El más aplaudido fue el kirchnerista “Pitín” Aragón. Con admirable solvencia en el manejo de la escena, y paradójicamente al borde de la jactancia, se autocalificó como un muchacho humilde: alguien sin autoridad para juzgar a las mujeres; creyente, devoto de la Virgen de Itatí y de Dios, a quienes les pregunta, dijo, el por qué de las muertes de las chicas por abortos clandestinos. Aplausos.
Dijo también que le sugirieron “recalcular” su voto porque fue elegido por una provincia conservadora. No es conservadora la provincia; lo son sus dirigentes, dijo. Aplausos. Y después se dedicó a la leer el documento del Colectivo de Mujeres Correntinas, pero esta vez, citando la fuente. Otra vez aplausos, porque la contundencia de ese documento lo eximió de tener que hablar él en nombre de lo que no conoce.

El voto apedreado
La exposición de Sofía Brambilla, del PRO, fue tal vez la más esperada, porque la diputada del frente Cambiemos jugó al enigma hasta que dijo, el domingo 10, que votaría a favor de la ley. Fue entonces cuando le salieron al cruce. Y la cruzaron. El más contundente de todos fue el doctor Alfredo Revidatti, coordinador de Hospitales Públicos, quien por Twitter dijo: “Lamento profundamente esta separación de la diputada Brambilla de los correntinos. Si hubiera sabido no hubiera integrado la lista con ella. Pido disculpas a los que me votaron”.
Pero los ataques no se limitaron a su ex compañero de lista. Quien también opinó fue el ex diputado nuevista Omar Yung. En un posteo de Facebook escribió: “Qué tristeza legisladoras como vos (…) Qué vulgar resultaste. No podés ni empezar a fundamentar tu posición. Renunciá y dale paso a un hombre que representa a los que amamos la vida. Mirá lo que votamos por culpa de las sábanas!”.
Más allá de lo incalificable de su comentario, resulta sugerente que Yung hable de las sábanas cuando él mismo ingresó a la Legislatura provincial como parte de listas electorales que se arman en Corrientes, más pensando en lealtades de servil sumisión con el mandamás de turno que en pericias legislativas o políticas.
También resulta llamativo el bajísimo nivel de republicanismo del doctor Revidatti, que no sólo atacó a Brambilla sino que después, por radio, se manifestó en contra de la anticoncepción pidiendo una educación sexual basada “en valores”. (Y esto sin abundar en el hecho de que se arroga la representatividad de “los” correntinos tomando la parte por el todo).
Si la ley de aborto legal sale, ¿qué va a hacer el doctor Revidatti? ¿Va a renunciar a la coordinación de hospitales o va a dejar su postura personal para aplicar eventualmente acciones de sanidad pública? ¿Qué va a hacer en todo caso el gobernador Gustavo Valdés con este funcionario que, si conoce, no quiere ver la realidad de los jóvenes de este lugar y tiempo? ¿Cómo gestionar un gobierno para todos con funcionarios que ven sólo una parte y quieren imponer esa parte al resto?
Todo esto sobrepasó el volumen de la exposición de Brambilla, que algunos pueden decir que fue auténtica, y otros que fue calculada, escolar, demagógica, con un ojo en las encuestas y otro en su futuro político. Sea cual fuera su motivación, como el resto de los votos, no se mereció el trato que recibió. O sí, porque en todo caso sirvió para hacer caer máscaras. Varias.

***

Para el futuro queda un aprendizaje. Los correntinos debemos asumir responsabilidades y hacernos cargo de los representantes que votamos. No alcanza sólo con la vergüenza ajena que generan quienes, expuestos a un momento histórico, lo desperdician con burradas (o perradas), hipocresías, hurtos, negacionismos, o con pensamientos personalísimos, morales y religiosos, que impiden ver que su rol es el de la representación, es decir, el de la legislación general y para el conjunto. La ley, como dijo Darío Sztajnszrajber -que pronto estará en Corrientes-, debe resguardar una cosa: que nadie imponga su propia concepción como razón de Estado. La democracia -no hay que olvidar- es lo opuesto a lo absoluto.

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Estela: ¿cándida o cínica?

“La discusión sobre quién tuvo la culpa de lo que sucedió alrededor del Congreso tendrá un recorrido muy previsible. Según quien lo cuente, la culpa la habrá tenido el kirchnerismo salvaje, el gobierno represor, el ajuste contra los jubilados, la irresponsabilidad K de gobernar sin atender a los números, el intento opositor de derribar a Macri, la incapacidad política del oficialismo, la conducta extorsiva de los gobernadores peronistas, la insensibilidad del empresariado que no cede nunca nada, la gimnasia revolucionaria del así llamado “campo nacional y popular”, con esa debilidad por tirar piedras contra lo que no pueden evitar por número. Si los protagonistas, por un momento, pudieran sustraerse de su propio rol y de sus intereses, tal vez verían que, más allá de quién sea el culpable, son todos protagonistas de un espectáculo trágico y triste. Entre esos protagonistas, es el Gobierno quien tiene la principal responsabilidad de evitar que todo se desmadre.”

Ernesto Tenembaum
“Lo que ocurre en un país cuando ganan los brutos”,
publicado en Infobae el 15 de diciembre de 2017

Estela Regidor en campaña:
— “No voy a levantar la mano para votar en contra de Corrientes”

— “Voy a votar siempre a favor de los correntinos, pero estoy segura que el presidente Macri nunca impulsará algo en contra de la Provincia”.

— “Nos piden que no nos olvidemos de ellos, de quienes nos votaron. Simple como eso. Hoy el correntino exige que se responda a ese mandato. Tenemos el mapa de realidad de cada lugar: sabemos lo que necesita la gente, cada correntino. Y nos piden que no nos olvidemos de ellos”.

— “Nosotros no somos traidores a la patria”.
¿Qué quiere decir con eso?
—¿Te lo tengo que explicar?
Si. 
— “Cuando vos votás algo que va en contra del pueblo”. (En El Litoral, el 13 de octubre de 2017: Mirá el video aquí)

Estela Regidor después de las elecciones del 22 de octubre 2017:
— “Son sólo rumores, no hay nada oficial. La semana que viene estoy viajando a Buenos Aires para hablar sobre este tema y otros. Lo único que se está conversando es la movilidad de las jubilaciones. Para el presidente Mauricio Macri, dos movilidades son muy pocas, él quiere que haya tres. Hay que saber de dónde vienen estas especulaciones”. (Sobre la reforma previsional, publicado en El Litoral el 4 de noviembre de 20017).

Estela Regidor después de la media sanción del Senado del 29 de noviembre de 2017:
— “El cálculo aún no está cerrado. Entiendo la ansiedad del periodismo, pero no deberían darle una sensación negativa a la gente y alborotar sobre algo que todavía no está cerrado”.

— “No quisiera entrar en cuestiones técnicas, pero tener aumentos cada tres meses definitivamente es mejor que tenerlos cada seis. El objetivo es ganarle a la inflación”. (En LT7, el 6 de diciembre de 2017).

Estela Regidor tras la sesión del jueves 14 de diciembre de 2017:
— “Ha sido mi primera sesión y fue muy triste la experiencia de ver que esta minoría de argentinos violentos y patoteros representados por legisladores del FPV agredía, insultaba y atacaba”. (En Radio Dos, el 14 de diciembre de 2017).

— “He trabajado años para los jubilados y soy madre adoptiva (Sic) como pensar en votar una ley en contra de los niños y los jubilados”. (En Radio Dos, el 14 de diciembre de 2017).

— “Cómo yo voy a estar apoyando a un gobierno que no le de lo que corresponde a los jubilados. Este proyecto prevé justamente el 82% móvil para los viejitos que aportaron, sin por ello quitarle a aquellos que nunca lo hicieron”. (En Radio Dos, el 14 de diciembre de 2017).
(“Engañoso”, en los términos de Chequedado: el proyecto prevé el 82% móvil, pero sólo para los que aportaron 30 años. A los que nunca lo hicieron no les corresponde ese beneficio. No les darán el 82%, por eso no les van a quitar, como dice la legisladora.)

Estela Regidor tras la sesión del lunes 18 de diciembre de 2017:
— “…”

A las 7,06 de este martes 19 de diciembre la diputada radical acompañó con su voto la reforma. También, en silencio, lo hizo Sofía Brambilla, del PRO. Ambas, antes de jurar en el Congreso, eran regentes de las oficinas del Anses de Capital y Goya. El otro voto oficialista es el de Julian Dindart, el ex ministro de Salud Pública de Ricardo Colombi, quién dijo en varias ocasiones que “las chicas se embarazaban para cobrar un plan social”.
En contra votaron Araceli Ferreyra, José Aragón y el recientemente ingresado Jorge Romero, para quienes la reforma del presidente Macri afectará negativamente en Corrientes: a 130 mil beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo; a 101 mil jubilaciones, pensiones y pensiones no contributivas; ya 68 mil trabajadores en blanco que cobran de Asignaciones Familiares.
Esa masa que representa alrededor del 30% de la población local, perdería alrededor de $1.400 millones por año en ingresos familiares que se destinan a alimentos, medicamentos, educación, alquiler y servicios básicos.
También está el goyano Oscar Macías. Votó en contra de la ley, pero fue uno de los peronistas que facilitó el quórum.
Unos días antes, en el Senado, Pedro Braillard Poccard votó a favor de la norma. Camau Espínola y Ana Almirón lo hicieron en contra.
La ley salió, pero sin consenso, con inmensas mayorías de la población en contra, más allá de los grupos violentos a los que debe caerles el peso de la ley. La utilización de un fórceps para generar ahorros con la plata de los jubilados hizo que el gobierno de Macri retrasara ahora la reforma laboral. Seguirá con las reformas fiscales.
Desde Corrientes, el gobernador Gustavo Valdés fue claro, más allá de su acompañamiento “necesario” y estratégico al macrismo: “El pacto fiscal no es agradable”.

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#Paso2017: ¿quién ganó y quién perdió?

 

Se realizaron ayer las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, y pese a que hubo ganadores y perdedores -al menos desde el discurso y desde la interpretación política que se hicieron y se harán en los próximos días, es muy poco lo que queda de este proceso como ganancia colectiva.
Las Paso de ayer constituyeron, al menos para los capitalinos de Corrientes, la segunda parada electoral del año, de las cuatro que deberán afrontar hasta octubre. Todavía quedan los comicios municipales-provinciales y las nacionales, y eventualmente una segunda vuelta si es que ninguna de las fórmulas provinciales logra imponerse el domingo 8 de octubre.
Esto mismo, la cantidad de elecciones que sumergen a provincias como la de Corrientes en una especie de campaña permanente, termina por despolitizar a la sociedad, muy por el contrario de lo que supondría el sentido común. Opera una suerte de hartazgo, más allá de que ayer la afluencia de electores, que rondó el 71%, puede considerarse relativamente buena. Pero es la más baja desde que hay Paso.
Puede suponerse asimismo que la industria electoral le sirve más a la clase política que a “la gente”. Y esto teniendo en cuenta la distancia histórica que se manifiesta incólume entre lo que se promete y lo que finalmente se hace.
Si fueran por promesas, esta provincia sería como Suiza, pero sin embargo sigue siendo Corrientes: la que alguna vez fue, la que hoy aparece como una de las pobres de una región empobrecida.
Pero no sólo eso. De no mediar un cambio radical en la conducta social y política, nada hace suponer que vaya a cambiar esa matriz. Entre otras cosas porque no se discuten modelos sino chismes, chicanas y opiniones más que propuestas, planes o proyectos.
Tampoco irá a cambiar algo si los ciudadanos no saben a quién reclamarle qué cosa. A los candidatos casi no se los conoce, y esto lleva a preguntarse algo central sobre el modelo electoral argentino. Las Paso ¿cumplieron su objetivo? Además de costar 2.800 millones de pesos para erigirse en una gran encuesta nacional, ¿sirven para otra cosa?
La investigadora asociada del programa de Instituciones Políticas de Cippec, María Page, estudió el fenómeno y llegó a varias conclusiones:
-Las Paso fueron controversiales desde su origen. Ya en 2009, cuando se debatía su implementación, se las acusó de ser proscriptivas; de conllevar una intromisión excesiva en la vida interna de los partidos; de buscar dividir y desgastar política y económicamente a la oposición; y de resultar injustificadamente onerosas para el Estado y cansadoras para los votantes.
-Los promotores sostenían que perseguía objetivos difíciles de cuestionar: fomentar la democracia interna de las agrupaciones; alentar la restructuración del debilitado sistema de partidos; y ofrecer opciones electorales más claras a los votantes.
-Pese a todo, están los números: en 2011 no hubo competencia para presidente, pero, en 2015, tres fuerzas eligieron sus candidatos presidenciales en primarias con competencia. Para diputados, compitieron una de cada diez agrupaciones en 2011; una de cada cuatro en 2013; y una de cada cinco en 2015. Este año, la información oficial sugiere que habrá niveles de competencia similares a los de 2013.
-Así las cosas, el efecto más evidente de las Paso es la reducción en la cantidad de partidos y alianzas que compiten en la elección general. La elección de 2015 fue la que contó con menos listas de presidente y de diputados nacionales desde 1983. Esto se explica porque las Paso fomentan alianzas entre los que temen no pasar del umbral y facilita la asociación entre quienes, si se juntan, tienen chances de ganar.

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Ahora: sin las Paso ¿hay algún otro mecanismo posible para democratizar los partidos políticos y desterrar al menos lentamente la dedocracia, la autocracia o la postura sostenidamente oligárquica de los partidos políticos? Habría que buscarla.
Sucede que los que piden internas, reniegan de ella. Los que montaron la farsa de la democratización, cuentan los votos totales de las listas únicas que armaron a gusto y piacere, evitando la competencia. La política de Corrientes, por tanto, como la de casi todo el país, no puede salirse de la lógica de los relatos agrietados, por lo que en general toda la puesta en escena no deja de ser sólo eso.
Las Paso sirven para elegir candidatos a legisladores nacionales. Representantes locales, es cierto, pero al Congreso de la Nación, donde se discute una agenda general, nacional. Y hasta ahí todo bien, a no ser porque ninguno de los candidatos locales se hizo escuchar sobre los temas que están en carpeta para la discusión en el Congreso.
Hablan de trabajo, de pobreza, de alinear nación, provincia y municipio, de arroparse al calor de la billetera del pagador de turno, pero nada o muy poco sobre qué harían sobre el aborto, sobre la despenalización del consumo de marihuana (ni hablar de otras drogas), sobre la nueva ley de servicios de comunicación, sobre la reforma electoral, sobre el desfinanciamiento de las investigaciones científicas, sobre el blanqueo de capitales o sobre la redistribución de la coparticipación federal.
Hablan más bien de generalizaciones, de banalidades, y en el único punto en el que se acentúa el posicionamiento (también general) tiene que ver con la marcha de la economía, que se aborda más desde la ideología que desde el conocimiento técnico, de uno y otro lado.
Ni por equivocación aparece en la agenda de los candidatos la materialización de una vieja idea: conformar un bloque regional que tenga como norte al Norte, no al bolsillo de cada uno, que serán llenados de acuerdo con el grado de entrega al centralismo nacional.
Así entonces, y teniendo en cuenta estos apuntes: ¿quién ganó y quién perdió este domingo? ¿Hubo ganadores y perdedores? Tal vez. Pero, ¿vale invertir cerca de 3.000 millones de pesos sólo para eso? ¿No hay otras prioridades? Sí. ¡Y la democracia es una de ellas! Y el gasto es aceptable para sostenerla, pero no a cualquier precio.

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Debe quedar claro algo: criticar las Paso no implica levantar banderas de la anti-política, como pretenden algunos. Lo que se busca, por el contrario, es en todo caso mejorar los mecanismos para que la participación ciudadana sea efectiva. Hay miles y miles de argentinos que se comprometen con su participación política, diariamente, desde muchos espacios. Y eso porque entienden que sólo así se puede construir una mejor sociedad, un proyecto colectivo.
Es allí donde se deben fortalecer los mecanismos de participación… Para que la casta política pueda finalmente renovarse, no sólo en años sino también en prácticas. Para que aquellas personas comprometidas y honestas, de todos los ámbitos, puedan involucrarse en la cuestión pública y no salir asqueados a los pocos meses.
Hay un clima de época que denota un fuerte y amplio interés ciudadano por participar de cuestiones políticas en la sociedad, más allá de lo partidario. Masivas marchas -de uno y otro lado de la grieta-: #NiUnaMenos, #MuerteDeNisman, #MarchaDeSilencio, #Amia, #18F, #2x1genocidas, #NiOlvidoNiPerdon, #DondeEstaSantiagoMaldonado, #NosotrasParamos, #VivasNosQueremos, #BastaDeFemicidio, #Violencia, #Inflación, #BastaDeCorrupción, etc. Un magma que podría encontrar su cauce en la aportación real si es que ocurre lo que tanto se pregona: una promoción efectiva de la participación ciudadana.
Entonces: ¿sirven o no las Paso? ¿Sólo merecen condena o también alguna reivindicación si efectivamente se cumple el espíritu con la que fue creada? En todo caso, ¿hay que eliminarlas o buscar otro mecanismo más viable para los tiempos que corren? El debate queda abierto.

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