Organizó un “remate” de tomates y vendió casi dos toneladas en media hora

CORRIENTES. -Antes que tirar las frutas o alimentar con ella a los animales, un productor tomatero de la zona de Goya propuso una salida ingeniosa y, a la vez, desesperada a la feroz crisis que atraviesa el sector y que se vio agravada en los últimos días, primero por los precios irrisorios a los que los acopiadores compran los productos y luego por el cese de comercialización a los grandes mercados.

Fue así que el productor Miguel Tomasella propuso vender cajones de tomate de 20 kilos, al precio que la gente esté dispuesta a pagar. La respuesta fue inmediata y rotunda: llegó hoy a las 7.45 a la rotonda del acceso a la ciudad y en media hora logró liquidar casi dos toneladas de tomates a un precio promedio de $200 por cajón.

Por iniciativa suya y de otros chacareros de la zona que incluye a Goya, Lavalle y Santa Lucía, decidieron armar una feria por un día para rematar sus productos que, de otra manera, se fundirían o convertirían en alimento de animales. Decidieron ir hasta la rotonda de acceso a la ciudad de Goya (la segunda en importancia de la provincia de Corrientes) para vender los tomates que el Mercado de Concentración de Buenos Aires se niega a comercializar por falta de demanda. Incluso por falta de precio, puesto que en las últimas transacciones, según los productores, el mercado pagaba $80 por cajón de 20 kilos de fruta.

La gente hacía cola para comprar: eran vecinos de Goya pero también viajantes que pasaban por la rotonda de la Ruta 12
La gente hacía cola para comprar: eran vecinos de Goya pero también viajantes que pasaban por la rotonda de la Ruta 12Gza. Hugo Parra y Mario Velázquez

Dada esta situación de crisis y, antes que tirar los tomates o darle de comer a vacunos y cerdos, Tomasella decidió probar algo diferente y vendió, en solo media hora, unos 1800 kilos de tomates a un promedio de $200 por cajón, puesto que así como hubo gente solidaria que se llevó sus 20 kilos de fruta por $1000 (algunos incluso pagaron más), hubo otras personas, de escasos recursos, que apenas aportaron $50 o $100.

“Nosotros sentimos que cumplimos el objetivo. Estamos muy contentos porque vendimos todo, vendimos bien, y de paso ayudamos a la gente, que nos pidió incluso que volvamos el sábado” dijo a LA NACION Julieta Vecchia, compañera de Tomasella en la “aventura”.

Temprano a la mañana, Tomasella fue el único productor vendiendo en la rotonda, pese a que la movida se anunció como general. “Fui el único que se animó a venir. Traje 91 cajones, de 20 kilos cada uno, y se vendió todo en media hora. La gente me pide que vuelva el sábado, pero veremos si se puede, porque hay que cosechar”, explicó Tomasella a LA NACION.

Tal vez algunos productores no se animaron a venir porque el día está feo, llovizna. No sé”, dijo, al ser consultado sobre los otros productores.

No obstante esto, al promediar la mañana y dada la respuesta de la gente, otros tomateros se acercaron a vender sus productos. Cerca del mediodía eran al menos cinco productores más los que trajeron sus frutas como podían, en acoplados, camionetas e incluso llegó uno con tomates en el baúl de su auto. La gente hacía cola para comprar: eran vecinos de Goya pero también viajantes que pasaban por la rotonda de la Ruta 12.

Al mediodía, otros productores que hablaron con LA NACION dijeron que vendieron sus cajones a un promedio de $500 y entre $800 y $1000 los cajones de tomates cherry.

EL productor Miguel Tomasella en la feria que organizó para vender sus tomates
EL productor Miguel Tomasella en la feria que organizó para vender sus tomatesGza Hugo Parra y Mario Velázquez

“La gente tiene que enterarse y saber cuál es la situación que estamos pasando, porque me quieren comprar los cajones a $100 y en algunas verdulerías en Corrientes se venden a $180 el kilo”, dijo el productor.

En este momento, en las verdulerías de Goya se consiguen tomates a $100 el kilo. En tanto, en la capital correntina, desde $150, el kilo. Los que venden los productores en la rotonda “son tomates de muy buena calidad. Son de primera”, dijo Juan Cruz, profesional goyano y cliente ocasional.

En tanto, Luis, de la cooperativa de Goya, explicó: “Nosotros no fuimos porque vamos a enviar a Buenos Aires 400 cajones de 17 kilos y nos van a pagar $500”. Consideraron esa oferta un tanto mejor que liquidar su producción.

Propuesta

Todo comenzó el miércoles por la tarde cuando se conoció la decisión de los productores de vender los tomates “al precio que quiera pagar la gente”. Se hizo una convocatoria por redes sociales y medios de la provincia, dado que, según explicaron, el precio no logra repuntar y la fruta tampoco podía ser vendida en el Mercado Central.

“Medio desilusionado, empecé a poner en Facebook que si no vendía iba a empezar a tirar (los tomates) a las vacas. Entonces me escriben y me dicen “por qué no pones los cajones y que la gente te compre al precio que pueda pagar. Así se empezó a sumar gente”, contó Tomasella, en contacto con la prensa local.

“Es la única forma de recuperar algo de lo que invertimos, de hacernos escuchar, si no, se lo tenemos que dar el tomate a los animales”, agregó.

Según el productor, “nadie quiere llevar los tomates al Mercado Central” pues “piden una fruta más verde para que pueda durar mucho más en el lugar”.

Contó además que ayer en el Mercado el cajón “embalado se vendía a $500; a media mañana bajó a $300, que es el costo que sale el traslado hasta Buenos Aires mientras que el sábado pasado el cajón de tomates llegó a valer $80 ”.

Los productores, aunque contentos con la respuesta de la gente, siguen en alerta por la situación crítica que atraviesan y advirtieron que en las próximas semanas es posible que haya un faltante de fruta en las góndolas por el cambio de temperatura que se espera en los próximos días.

“Por el calor que está haciendo en estos días sí o sí hay que cosechar, y ahora se viene el frío, por lo que seguramente muchos nos vamos a quedar sin tomate porque le estamos exigiendo a la planta”, dijeron varios productores.

En los últimos días, en la provincia de Corrientes se registraron temperaturas máximas cercanas a los 30 grados. Hoy cambió el clima y bajó la temperatura a la mitad. Se esperan días fríos en adelante. Mientras tanto, hay productores que analizan seguir vendiendo sus frutas entre mañana y el sábado, para responder a la demanda de la gente. Hoy, desde las 16,30 sigue la venta.

“Viaje al país del agua” en la Feria del Libro de Goya

Quiero agradecer a todas las personas que hicieron posible la presentación del “Viaje al país del agua” en la Feria del Libro de Goya. A la Municipalidad de Goya, sobre todo a las chicas y muchachos de las secretarías de Cultura, Educación, Turismo y Prensa; a la Biblioteca popular Sarmiento, y de allí a Marisa Laura Baez, que fue la impulsora inicial de todo la presentación; y a todos los colegas periodistas que me hicieron sentir muy hallado. Quiero agradecer por ello a mi tocayo Jose Luis Paleari, Pepe, y a Javier Bovino por la charla y los presentes. Quiero agradecer también, y sobre todo, a Stella Maris Folguerá, quien hizo que la presentación sea realmente especial, pues supo conducir el interés de los presentes hacía el formato de una charla que se extendió por casi dos horas.
Comparto aquí, por importante y conmovedora, la lectura que hizo Stella Maris de este libro.
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“Lo primero que se encuentra sobre el Iberá en cualquier buscador es una decena de consejos de qué hacer cuando se lo visita:
Dicen:
Navegar para ver animales en su hábitat.
Avistaje de aves.
Cabalgatas en los Esteros del Iberá
Paseos por el pueblo.
Visitar el centro de interpretación.
Senderismo.
Descansar y desconectarse.
Disfrutar de los atardeceres.
A continuación surgen las preguntas: ¿Cuál es la mejor época para ir? ¿Cómo es el clima? ¿Hay transporte público hasta los Esteros del Iberá? ¿Cómo será el camino para el auto? ¿Y si llueve? ¿Me quedo varado? ¿En qué localidad me conviene hacer base? ¿Cuáles son los tipos de alojamiento? ¿Qué se puede hacer en los Esteros? ¿Y la fauna? ¿Tengo que contratar una excursión o puedo hacer algo por libre? ¿En un día podré ver todo?
Buscamos información en notas y folletos que nos muestran un infinito espacio de agua, flora exuberante, poblado de animales, y a veces la silueta a contraluz de un vareador abriendo surcos entre la vegetación acuática. Está ya tan incorporada a la imagen icónica del lugar, que no le miramos la cara, ni le preguntamos su historia. No preguntamos ¿Quién es? ¿Cómo vive, de qué vive? ¿Cuánto hace que está allí? ¿Tiene hijos? ¿Van a la escuela?¿Quién atiende su salud? ¿Cómo es su casa? ¿Dónde está? ¿Qué come? ¿Tiene mujer, dónde la conoció, cómo se enamoraron?
Tiene que haber un proceso de mucha exigencia a la sensibilidad para reinterpretar el sitio desde las historias de vida de la gente, de los correntinos que habitan esas honduras interiores de nuestro interior.
Y eso es a lo que nos enfrenta esta obra: “Viaje al País del Agua” Esteros del Iberá, de Eduardo Ledesma, de quien es su tercer libro. A esas preguntas y a sus respuestas dadas por ellos mismos con digna naturalidad y amor por su lugar.
(…) El libro es de Moglia Ediciones y tiene prólogo de la poeta, docente, crítica literaria Evelin Bochle (Eve Lín), quien dice: “… Ya en ‘A corazón abierto’ daba cuenta del manejo del género (la crónica literaria), del juego interesante que propone entre el periodista y el poeta”. “En ‘Viaje al país del agua’ el narrador se interna en el terreno de la crónica literaria con pasos firmes, a grandes zancadas, como recorriendo un camino ya conocido y familiar”.
Pese a lo mucho que se escribe y se dice sobre el Iberá, los citadinos, y ya no digamos los no correntinos, aunque hayamos estado allí, lo enfrentamos como un enigma.
Este libro se adentra en el enigma, y tal como lo ha dicho el autor, lo expone en espejo con la nota que 56 años atrás realizó el periodista y escritor Rodolfo Walsh a lo que él llamó “el fondo de los fantasmas”.
Eduardo Ledesma lo desmitifica y redimensiona al llamarlo “el país del agua”. Es un viaje desde el siglo XXI que se remonta a los vestigios de un tiempo geológico medido en millones de años, sobre las memorias naturales y culturales .
Aunque tengamos esa sensación de existencia del misterio, (“la leyenda vuelve siempre a cerrarse, como la vegetación insobornable del estero”, dice Walsh en su nota) este viaje, esta exploración, realizada con casi idéntico itinerario que aquella, pero en el S XXI, se inició luego de muchos meses de estudio y preparación, lo que enriquece el resultado porque se sustenta en el conocimiento del autor, sus objetivos precisos, su solvencia en la crónica, al tiempo que cobra magnitud literaria por el muy buen uso de recursos, estrategias y técnicas narrativos.
Las marcas literarias aparecen de múltiples maneras, lo que hace de este libro un valioso testimonio expresado en un muy bello texto.
No es sólo la narración de la exploración de una geografía en estado casi original, y una investigación periodística que, al indagar sobre los modos de vida de los sujetos que lo habitan, expone también lo olvidado o lo silenciado, sino que transita vidas humanas, establece relaciones, tiende lazos, deja contactos, hace reales, pone carnadura en aquellos “fantasmas”, cruza historias de vida que se entrelazan, para reconstruir la cotidianidad de esos hombres casi invisibilizados en ese universo líquido en el que todo parece quieto y sin embargo, todo se mueve.
(…) Pese a su sólida formación y profesión de periodista, Eduardo se despega de los datos y se manda al abismo de pasar por su mirada y sus sensaciones el efecto de sus encuentros y sus hallazgos y de filtrar con su propia voz, con respeto maravillado, las voces testimoniales presentes y pasadas.
El impacto del lugar, sus colores, sus ruidos, gorjeos o rugidos, chapoteos o gemidos, y sus silencios, el lento avance de la canoa que se acompasa al perezoso deslizamiento de los yacarés, la potencia de la naturaleza que no se privó de arreciar con su peor humor sobre los expedicionarios, pero sobre todo el sorprendente sonido de la voz humana donde no se esperaba encontrarla, se cuentan desde el pulso, desde la aceleración del ritmo del corazón de quien se sabe insignificante en ese espacio sin tierra firme.
Es un texto que hace foco en lo humano, que valoriza el verdadero patrimonio cultural e histórico de Iberá desde las vivencias cotidianas y las transmisiones orales de los sucesos del pasado, preservados en la memoria de esos hombres y mujeres que allí hacen su vida en condiciones que demandan una fuerza, una sabiduría y un coraje que nos empequeñecen.
El gauchillaje de por ahí, cósmicamente se corresponde con el paisaje, decía Madariaga. Y dice Eduardo Ledesma.

Operativo de imagen, gestión y limpieza

Nota publicada en el diario El Litoral

Gustavo Valdés cerró la semana protagonizando la escena política local, regional y nacional por varios motivos. Fue noticia nacional porque es el gobernador con mejor imagen en el país. Venía haciendo podio hace varios meses, pero esta vez llegó a las porteñas letras de molde, porque hizo punta y corrió de ese sitial nada menos que al blindado jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
El informe de CB Consultora Opinión Pública dice que el primer mandatario de Corrientes encabeza el ranking de gobernadores con mejor imagen de Argentina. Alcanzó el 71,4 % de aprobación durante mayo y desplazó a Rodríguez Larreta del primer lugar. Recuerda asimismo que Valdés dejó el cuarto lugar del ranking que había ocupado durante el mes de abril con el 67,1 % de aprobación, y que logró reducir las consideraciones negativas hacia su gestión: del 30 % de abril bajó al 27 % de mayo.

 

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Fue noticia regional porque se anticipó a sus pares del NEA y también al presidente Alberto Fernández en el anuncio y puesta en vigor de varias medidas de cierre y bloqueo para morigerar los efectos de la pandemia. Ya el martes anunció que cambiarían las fases y el miércoles confirmó el retroceso a fase 2 y 3 de varios municipios importantes, incluida la capital, apelando a cierres parciales, además de activar restricciones zonificadas a lo largo y ancho del territorio.
Pero no fue todo. Valdés se desmarcó incluso de Rodríguez Larreta, su socio en el esquema nacional opositor de Juntos por el Cambio, y cerró las escuelas de las localidades más afectadas con la idea de contribuir al despeje de la movilidad, que es el factor que determina la mayor cantidad de contagios.
En ese marco, además, decretó la prohibición de circulación entre las 00:00 y las 7:00 de la mañana, y la extensión de un asueto a la administración pública provincial. El objetivo: disminuir en un 50 por ciento la circulación en las ciudades correntinas con mayor cantidad de casos, como Capital, Goya, Mercedes y Paso de los Libres, entre muchas otras, cuyos números fueron evolucionando en la semana con un agravante clave: en algunas se detectó la circulación de la cepa Manaos. 
Estos próximos días serán clave para conocer si las restricciones decretadas por el Gobierno consiguen el efecto esperado, pues la provincia vivió hasta el miércoles en una suerte de normalidad solo alterada a la vista por la utilización de barbijos y protocolos sanitizantes más o menos flexibles en los espacios cerrados, clases presenciales en los niveles iniciales, primarios y secundarios, actividades deportivas, recreativas y religiosas, y una vida nocturna intensa, legal e ilegal, ajena a los llamados —insistentes y desesperados— a la responsabilidad social.

 

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Pero el gobernador Valdés también fue noticia en Corrientes. Lo fue porque el río suena. Y porque al no tener una oposición que estructure todavía un proyecto alternativo, atractivo para la opinión general y que, más allá de los diagnósticos y las chicanas, encarne una voz que dispute la agenda pública y capte la atención de las audiencias y del electorado, cualquier movimiento interno de la UCR y de la alianza ECO suenan como si fueran los crujidos del gobierno.
La interna radical está en movimiento, nadie lo niega. Pero es por algo que excede la candidatura a gobernador, validada ya afuera y adentro del espacio partidario, lo cual incluye a Ricardo Colombi, a quien no le quedó otra que levantar la mano de Valdés, rodeado por la evidencia de acompañamiento y consenso político.
(Dicen de hecho que la candidatura de Valdés en la provincia y de Tassano en Capital estaba resuelta de antemano, pese a las quejas privadas y públicas del exgobernador y presidente del partido. Y que esa salida radial, previa a la reunión del radicalismo en la que se oficializó la cabeza de fórmula, no fue más que un hábil intento por anticiparse a una jugada que lo excedió o que lo mantuvo al margen).
Pero más allá de esto o de aquello, lo que se disputa aquí, y que se disputará de aquí al futuro, será el manejo del partido y de la alianza, y en ese camino pueden quedar heridos o magullados. El doctor Raúl Martínez fue el primero, aunque no fue su primera vez.
El exlegislador y exfuncionario provincial, y hasta la semana pasada director del hospital de Goya, fue “invitado” a dejar su cargo luego de que saliera a blanquear sus intenciones de ser candidato a intendente de la segunda ciudad de la provincia. Hay más: el propio Martínez dijo que el ministro de Salud, Ricardo Cardozo, fue el encargado de pedirle la renuncia.
Dicen que el hecho generó picazones en el seno de la UCR, sobre todo después de que Ricardo Colombi saliera a pedir clemencia para el doctor, dejando expuesta la interna, que se hizo más notoria cuando algunos trolls de plumas y martillos salieran a decir que era falso lo que en realidad era verdad: que Colombi estaba enojado porque echaron al director de hospital que estaba, tal vez, apadrinando como candidato.
La noticia es así: el director del hospital de Goya, Raúl Martínez, confirmó que le solicitaron la renuncia por realizar “política y actos de proselitismo” en el momento en que esa ciudad registra un promedio mayor de 50 casos diarios de covid-19. Como reacción, el Comité provincial de la UCR pidió al Gobierno que revierta la medida.
Ese comité, presidido por Ricardo Colombi, emitió un comunicado en el que respaldó al médico y solicitó “que se deje sin efecto la apresurada decisión”. Ese comité trabaja también, al parecer, en la nominación sistemática de candidatos distintos a los que tienen avales del gobernador.
Lo concreto es que Martínez hacía proselitismo en el hospital y ese acto (además de correrlo de su función específica) configuró un exceso (político) que desafió una postura que ya cobró forma en el radicalismo y en el Gobierno: apoyar al actual secretario de Desarrollo Social, Mariano Hormachea, como candidato del partido y de la alianza para suceder a Ignacio Osella, quien, aun pudiendo hacerlo y con números para lograrlo, decidió no presentarse para un nuevo periodo en la intendencia.

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Todo esto no debiera ser más que ello. Pero es un poco más porque la interna se desarrolla en medio de una pandemia y la política tiende a confundirse con lo público. Pero, en el fondo, lo que está pasando tal vez sea lo mismo que pasó en 2013: lo que la relatoría del gobierno de entonces llamó el “operativo limpieza” que encabezó Colombi para poner en marcha lo que fue el primer gobierno reelegido de la historia de Corrientes. El primero en juntar sus cosas fue el subsecretario de Desarrollo Humano, que entonces no era otro que Raúl Martínez.
Son los hilos del destino: de aquel echado a este defendido Martínez pasaron cosas. Lo que no pasa ni cambia son esas formas de la política: el apego al más rústico pragmatismo sin cara ni corazón, y a la más conveniente amnesia temporal.
La jugada de Martínez puede leerse, en definitiva, hasta que se demuestre lo contrario, como una acción más de la ensordinada interna radical, publicada en cuotas, muy parecida a los movimientos dizque insuflados por Colombi en el seno de ECo y que dieron forma a los reclamos desafiantes de Pedro Cassani primero y de Gustavo Canteros después.
Cassani ya recogió el hilo, un poco por sugerencia de sus partidarios y otro poco de sus socios, mientras que Canteros parece dispuesto a seguir hasta las últimas consecuencias, hasta colocar su candidatura a intendente en alguna boleta.
La política es el arte de lo posible y todo puede pasar siempre. De hecho está pasando, aunque tal vez antes de tiempo, si es que alguien calculó otra cosa: Valdés está configurando su volumen y construyendo espacio a esa medida, ejecutando el mando que le dieron los propios y que le reconocen los ajenos.