Altamente recomendado, para salir un poco de los aires viciados de la cotidianidad:
Ahí va, con el pantalón y esa camisa de mezclilla que usa desde que alguien le dijo que Albert Einstein no se cambiaba de ropa para no perder el tiempo. El profesor Cruz Hernández camina entre un monte agreste, protegido por enormes ceibas, huanacaxtles y coloridas amapas. Recorre el monte y sus zapatos ya están cubiertos de una coraza terregosa que se engrosa a cada paso, como si en algún momento se fuera a quedar atrapado en el lodo.
La increíble historia del Gabo, el profe y un lugar llamado Recoveco
