Juró Alberto Fernández y prometió “empezar por los últimos”, para después llegar a todos

 

Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano social”, dijo, fuerte y claro, Alberto Angel Fernández, minutos después de jurar, de recibir los atributos de mando y de convertirse en el nuevo presidente de la Nación. Fue esa frase la chispa inaugural de un discurso potente, denso en concepto y alcance, hondo desde el punto de vista político y sentido para los parámetros simbólicos del peronismo que volvió al gobierno y copó el hemiciclo del Congreso para hacerlo notar.
“Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina”, dijo el Presidente. Y completó la idea con una construcción muy cara al sentimiento de los argentinos. Habló de volver a unir a las familias para que puedan sentarse en torno a una misma mesa, más allá de lo que piensen. Y de volver a poner el pan en las mesas en las que falta, porque “sin pan no hay futuro”.

El discurso duró una hora y no dio tregua. Al parecer hacían falta esas palabras. En el ambiente caluroso de ayer reinaba la expectativa. En las caras de muchos de los presentes en la jura, adentro y afuera del Congreso, se replicaban mohines de esperanza.
Todo comenzó muy temprano como lo que fue: un día histórico. Y varias son las razones que enmarcan ese adjetivo. Histórico porque desde hace casi 80 años, desde el surgimiento del movimiento peronista, ningún gobierno de otro signo político logró lo que Mauricio Macri: ser reemplazado por el voto popular al final de su mandato constitucional. Macri fue, además, el primer presidente no peronista ni radical en gobernar Argentina desde mediados del siglo XX.
Histórico porque Alberto Fernández es el primer presidente peronista que recibió la banda presidencial de un adversario en tiempo y forma. Y de manos del adversario. Este dato cobra todavía más relevancia si se tiene en cuenta que desde 1928, ningún gobernante de otro partido que no fuera el peronista -ni siquiera uno de la centenaria Unión Cívica Radical- logró entregar el mando cuando correspondía.

Histórico porque aún en contra de todos los pronósticos, dos días antes del traspaso de mando, Macri y Fernández protagonizaron otro hito al acudir juntos y darse un abrazo durante una misa “por la unidad y la paz” en la Basílica de Luján. Y porque el traspaso, que terminó siendo armónico, demuestra el vigor de la democracia que habrá cumplido 40 años de transcurso ininterrumpido cuando Alberto Fernández deje su cargo.

La jura
La ceremonia comenzó al promediar la mañana. A las 11.19 la entonación del Himno Nacional dio inicio a la Asamblea Legislativa. Ingresaron luego Mauricio Macri, Cristina Fernández de Kirchner y el propio Alberto Fernández, que exactamente a las 11.57 juró como presidente de la Nación.
La ovación fue grande, aunque no tanta como la que escuchó Cristina Fernández, minutos después. Pero ni juntas se comparan con el momento que tuvo que pasar Mauricio Macri, que al ingresar al recinto para entregar la banda y el bastón, escuchó abucheos, silbidos y varias versiones de la Marcha Peronista cantada adentro y afuera del Congreso, con los correspondientes dedos en V.
Ya en cadena nacional, lo que vino después fue el discurso inaugural del mandato. Comenzó a las 12.06 y concluyó una hora después cosechando acuerdos en su mayoría, aunque también hubo algunos rezongos. La deuda, la crisis, el hambre, la reforma de la Justicia, la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia y el cierre de la grieta, entre otros puntos no menores, tonificaron el contenido del mensaje que será, con el paso de los años, la vara con la que se medirá el éxito o el fracaso de esta nueva gestión.
Alberto Fernández se mostró enérgico, pero moderado con sus palabras. No ahorró críticas, pero las sustentó con datos. Y en ese contexto trazó su camino.

El discurso
Desde el principio, el Presidente pidió un nuevo contrato social que proteja y una a los argentinos. “No cuenten conmigo para el desencuentro”, añadió. Reconoció que hay pujas, pero también prioridades. Y la prioridad de su gobierno será “empezar por los últimos, para después llegar a todos”.
Hizo hincapié en el plan contra el hambre, en el diseño de créditos a tasas bajas para reactivar el trabajo independiente.
Lanzará, dijo, una serie de acuerdos básicos con todos los sectores para reactivar la producción, la industria y para bajar la inflación que “es la más alta en 28 años”.
También dijo que “la desocupación es la más alta desde 2002”, y recordó que “el dólar pasó de costar $9,60 en 2009 a $63 ahora”. “La pobreza actual está en los valores más altos desde el 2008” y “la indigencia es la más alta desde 2010”.
“La deuda pública en relación a su PBI está en su peor momento desde el año 2004”, remarcó, y añadió que “en estos cuatro años se perdieron 152.000 empleos registrados del sector privado. Planteó un plan sostenido para recuperarlos, lo mismo que pidió para la ciencia y la tecnología.
Tras hacer este balance, anunció que no aceptará el presupuesto que dejó Macri por carecer de realidad, y que formularán otra herramienta en la que “los privilegiados van a ser los pobres y los marginados”.
En otro tramo de su alocución dijo que la deuda dejó frágil al país. Ratificó su voluntad de pago, pero recordando antes que es el gobierno de Macri el que se fue con un virtual default. Dijo que harán todo para pagar, pero primero harán todo para crecer, porque dada la herencia “no tenemos capacidad de pago”.

Ratificó su idea de gobernar con los 24 gobernadores en el marco de un nuevo federalismo, y allí estaba escuchando atento el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, sentado en el ala izquierda del estrado principal.

Habló del hábitat, de la vivienda y de la creación de un ministerio para que se ocupe de resolver este problema que aqueja a miles de familias argentinas. Habló de la salud, a la que le restituyó su rango ministerial. Y de inmediato anunció que decidió declarar la emergencia sanitaria. “Hoy padecemos el peor brote de sarampión de los últimos 20 años” recordó, para sostener su medida.
Instruyó, dijo, un fuerte trabajo a la diplomacia comercial. Ratificó su compromiso con el Mercosur, condenó los golpes de Estado de la región y sentó las bases de su política internacional haciendo una defensa fuerte de los derechos del país sobre las Islas Malvinas. Malvinas será, además, según dijo, materia de una política de estado multisectorial que exceda su gobierno.
En el tramo más urticante de su mensaje, Alberto Fernández pidió una justicia independiente, y un “nunca más”. Nunca más la Justicia aliada con los servicios de inteligencia y las mafias para atacar a los adversarios políticos.
Acto seguido, anunció una reforma judicial federal, cuyo plan mandará al Congreso, y la intervención de la Agencia de Inteligencia. Sus fondos reservados, informó, serán redistribuidos para el plan contra el hambre. “Nunca más el estado secreto de los sótanos”, reiteró, cosechando cómo casi en cada párrafo, un coro cerrado de vivas y aplausos.
También habló de reformar los protocolos de seguridad, con la lupa puesta en el gatillo fácil, y hasta le dedicó unos párrafos a la prensa, a la industria periodística y al asunto de la pauta publicitaria. Macri se gastó 9000 millones en los medios, dijo. Anunció que hará ahorros y que su producido se destinará a la educación. Y anunció además que tiene la pretensión de extender las jornadas educativas en el marco de un pacto educativo nacional.
El final fue para ratificar su compromiso con el derecho de las minorías, y con el de las mujeres. Dijo que quiere encabezar la demanda de la igualdad y que la de “Ni una menos” será una de sus banderas.
Este será el gobierno de la solidaridad con los que menos tienen, idea en la que tendrán que participar los que tienen más, dijo Alberto, para cerrar.
No se fue del Parlamento sin recordar a sus padres, pero también a Néstor Kirchner, en uno de los momentos más emotivos de todo el acto. También lo fue el instante de su investidura, en el que se le nublaron un poco los ojos con lágrimas antiguas.
Repuesto y con ánimos de reconocimiento, hizo su tributo a la estrategia de Cristina Fernández que, entre otras cosas, hizo posible que él mismo esté dando ese discurso.
Pasadas las 13, Alberto y Cristina salieron del Congreso a saludar. A la tarde recibieron a las delegaciones diplomáticas y luego el Presidente tomó juramento a sus ministros. En la Plaza de Mayo, en tanto, la gente, encendida bajo el sol de diciembre, que ayer se mostró más intenso que nunca, vivía su fiesta mientras esperaba la palabra de sus líderes. De él, sin duras, pero también y sobre todo, de ella.

Con presencia correntina, juran Alberto y Cristina Fernández como presidente y vice

Cerca de mediodía de hoy asumirá Alberto Fernández como nuevo presidente de Argentina en el Congreso de la Nación. Recibirá los atributos de mando y luego dará su mensaje ante la Asamblea Legislativa, que seguirán desde el Parlamento mandatarios y dignatarios invitados, extranjeros y nacionales, entre los que estará el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés.

Se espera que la jura la sigan también miles de personas que desde ayer montaron guardia en la Plaza del Congreso y en la Plaza de Mayo, frente a Casa de Gobierno.

Según el protocolo previsto, tras prestar juramento, el presidente electo Alberto Fernández brindará su mensaje ante la Asamblea de diputados y senadores nacionales, y en ese marco explicará los principales aspectos del programa que instrumentará su gobierno, principalmente en materia política, económica y social.

El traspaso de mando -que genera enormes expectativas debido no sólo a su institucionalidad, sino también a los anuncios que puedan hacerse desde hoy en adelante, sobre todo para morigerar la situación de crisis que atraviesa el país-, moviliza a la militancia peronista en todas sus vertientes, pero también a un grueso sector no partidario que espera con esperanza que la situación mejore, más allá de la grieta.

En eso hace foco la cartelería montada en la calle y que sirve de torre para las pantallas de LED que transmitirán la jura: “Argentina unida” dicen los carteles, bajo el escudo nacional. Son entre dos y tres tótems de imagen y sonido por cuadra, y esa es la infraestructura que desde ayer estaba dispuesta para que la gente que planea manifestarse en la ciudad de Buenos Aires, pueda seguir las alternativas de la ceremonia de asunción, el mensaje ante la Asamblea y la jura de ministros, el festival de música y el mensaje a la plaza que planea dar el nuevo presidente.

Estas enormes pantallas están dispuestas frente al Congreso, frente a la Casa Rosada y en todo el trayecto que une ambos monumentos, a través de la histórica Avenida de Mayo.

Ayer por la tarde, militantes de movimientos sindicales y sociales empezaron a ganar los lugares más importantes de la plaza del Congreso.

Grupos de jóvenes, con banderas y pancartas, cantaban de manera incesante sus consignas. Algunos otros preparaban los bombos mientras se instalaban carpas de seguridad y sanitarias para atender a la muchedumbre que se espera asista hoy a la despedida de Mauricio Macri y la llegada de Alberto Fernández.

En la Plaza de Mayo el clima era distinto. Allí, en horas de la tarde, hasta la caída del sol, familias enteras paseaban, paraban, se sacaban fotos. Una familia correntina, con bandera de Paso de los Libres, también participaba de los preparativos. Más tarde se sumaron los jóvenes y también muchas personas adultas, sobre todo mujeres.

Un grupo de actores -voluntarios y voluntarias amateurs muchos de ellos, intervino en la tarde haciendo una performance con bailes y música, caracterizados todos, aunque sobresalían las mujeres que estaban allí representando a Eva Perón, nada menos. La música intercalaba con fragmentos de discursos varios de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Era ese momento, sin dudas, el de mayor expresividad en la plaza. La mayoría soltaba alaridos en clave de ovación, aunque también había transeúntes con cara de reprobación.

“Esta es la plaza peronista”, le dijo una mujer a otra, en un tono indistinto: podía ser una descripción de hecho, como también una queja. A su alrededor, la fiesta seguía en progreso, ajena a los humores personales.

Y la plaza, sin vallas, mostraba su mejor figura: su concepción de comunidad indistinta. También los edificios de la zona se veían lozanos en su conjunción arquitectónica sin los obstáculos montados hace unos años, por la costumbre de separar y por la de alejar el grito de las protestas.

Un par de pantallas enormes irrumpían asimismo frente al Cabildo, para transmitir las imágenes del acto protocolar, pero también del festival de música con cerca de 30 números que están confirmados para amenizar “la fiesta de la democracia”, según invitan algunos afiches.

A propósito de afiches y carteles, el ministerio de Desarrollo Social, ubicado por avenida 9 de Julio, no sólo exhibe la figura iluminada de la “Abanderada de los Humildes” sino que además permitió la colocación de una bandera con la leyenda “Bienvenidos Alberto y Cristina: todos unidos triunfaremos”.

Asunción presidencial
Según se informó ayer, la Asamblea Legislativa comenzará a las 11.15, presidida por la vicepresidenta saliente Gabriela Michetti. Se realizará la designación de los legisladores que integrarán las comisiones de interior y exterior, respectivamente, que serán las encargadas de recibir en la explanada del Palacio sobre la avenida Entre Ríos al presidente electo.

La ceremonia pasará luego a un cuarto intermedio para recibir a Alberto Fernández.

De acuerdo a lo previsto, el primero en llegar al Congreso a las 11.30 será Macri, luego a las 11.40 hará lo propio Cristina Kirchner y a las 11.45 arribará el presidente entrante.

Más tarde, Cristina Fernández y Alberto Fernández prestarán juramento ante la Asamblea Legislativa como vicepresidenta y presidente hasta el 10 de diciembre del 2023. El nuevo jefe del Ejecutivo recibirá entonces el bastón y la banda presidencial.

Y luego de dar su primer discurso como presidente ante la Asamblea Legislativa, Alberto Fernández se trasladará a la Casa Rosada para recibir a las delegaciones extranjeras, tras lo cual tomará juramento en horas por la tarde a los ministros de su gabinete nacional en el Salón Blanco.

Desde las 14, cómo se dijo, habrá un festival en la Plaza de Mayo donde habrá varios shows musicales. Cerca de las 19 Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner hablarán ante la multitud que se espera en la plaza.

Macri: “Corrientes necesita conectividad; lo único que tiene ahora son los caminos destruidos y está aislada del resto del país”

La inquietud de estos días tiene que ver con la política y la economía, ya que si se aprueba el proyecto de Impuesto a las Ganancias impulsado por la oposición, podrían hacer zozobrar los 16.000 millones de pesos en obras que se anunciaron para Corrientes.

¿Esos fondos se verán afectados?
Lo estamos estudiando, como dije. Hay más de $30.000 millones de diferencia y estamos viendo de dónde podríamos sacarlos. Obviamente afectará proporcionalmente a todas las provincias. No hay más remedio.
Durante estos años la obra pública con fondos nacionales fue inexistente en Corrientes y es algo que reclaman los correntinos.
Después de más de una década de abandono que tuvo Corrientes por no disciplinarse políticamente al gobierno nacional, hoy tiene en marcha el programa de obra pública más importante de su historia. Hay muchas rutas, una mejora en el aprovechamiento de la hidrovía y el ferrocarril está en vista de tener una propuesta inteligente. Dentro del Plan Belgrano aspiro a que Corrientes recupere la conectividad con el país y con el mundo, que haga que una de las provincias con mayor potencial pase a liderar la etapa de crecimiento.
En la última campaña para gobernador se hicieron promesas sobre el segundo puente y la autovía que nunca se cumplieron. ¿Nación se comprometería con Corrientes a financiar esas obras a pesar de una eventual derrota electoral?
Absolutamente. Trabajo para los correntinos y para Corrientes un nuevo puente con Chaco es fundamental. Y esa autovía ahorrará tiempo que permitirá mejorar la calidad de vida a la gente y que cuidará la vida, porque el nivel de accidentes que hay es tremendo, igual que en el Chaco entre Sáenz Peña y Resistencia. Son cosas que hay que hacer. Las obras le cambian la vida a la gente. Las obras deben dejar de ser un sinónimo de corrupción para ser sinónimo de alegría, futuro y esperanza.
El proyecto de un puente entre Goya y Reconquista no está en el presupuesto.
No, todavía no. Todo a la vez no se puede. Hay obras para Goya, de defensa contra inundaciones.

En Corrientes usted prometió convertir al país en el supermercado del mundo. También obras. Anunció la radicación de Coca Cola y un acuerdo con productores. En paralelo los números dicen que en el país hay 30% de pobreza, que en el norte llega al 40%. ¿En qué etapa está de sus promesas? Sobre todo en temas de trabajo, desarrollo, salud, pobreza…
Hemos puesto en marcha un gobierno con gente muy preparada, honesta, con buenas intenciones. En este año se consolidaron como equipo y el próximo andará mejor. La obra pública se puso en marcha. En noviembre hubo récord de (producción) de asfalto, significa que estamos construyendo rutas por todos lados. Corrientes necesita conectividad, tiene muchísima riqueza. Lo único que tiene ahora son los caminos destruidos y está aislada del resto del país. Es una buena etapa. Creo que en ganadería, agricultura y con el polo maderero, Corrientes tiene enormes posibilidades de crecimiento.

Uno de sus méritos más grandes fue poner en valor al Indec. ¿Habla con los gobernadores para hacer sustentable el sistema estadístico nacional?
Sí. Estamos exigiéndoles los mismos niveles de compromiso con la transparencia, de gobierno abierto, para publicar los datos en internet y que ustedes o cualquier ciudadano pueda chequear, controlar y aportar mejores ideas.

 

Para las elecciones 2017, un candidato de Cambiemos

El presidente Mauricio Macri no le esquivó a las preguntas específicamente electorales, más allá de que se dedicó a cuestiones más generales de su gestión. Tampoco evitó hablar de la interna del frente ECO+Cambiemos y de las cuestiones conceptuales que envuelven en contradicciones el hecho de que un gobierno como el de Ricardo Colombi adhiera al cambio siendo parte de un proceso de 15 años, 11 de los cuales lleva gobernando casi con las mismas personas.
Sobre la coyuntura provincial se manifestó en estos términos.

El Gobierno de Corrientes es su aliado y allí se habla mucho del “cambio”. ¿Para usted el Gobierno de Corrientes, que lleva 11 años en el poder, significa el cambio? O mejor, ¿cree que esos funcionarios tienen aún algo para ofrecer después de 15 años?
-La política de Corrientes en sí misma es una situación particular. No son las generales de la ley. Y pasa en muchas provincias que la realidad local es distinta a la nacional. Valoro mucho que Ricardo (Colombi) sea un tipo de larga tradición política que haya creído en el cambio y entendido la necesidad de una política más cerca de la gente, ligada a la obra.
Es un hombre que está siempre muy encima de las obras y de las transformaciones que hace en su provincia. (Y) está preparando en su equipo distintos candidatos para continuar. Creemos que hay gente muy preparada y capaz, a la que se agrega gente de otros espacios de Cambiemos.
Surgirá en algún momento el candidato con más apoyos para ir a elecciones contra, seguramente, (Camau) Espínola y alguien más.

¿No descarta un candidato del PRO?
-No. Será un candidato de Cambiemos.

 

“El gobernante que sólo paga sueldos, no aporta”

El Litoral (Santa Fe): Le pregunto sobre el cobro de las primeras cuotas de la sentencia a favor de la deuda que dejó el gobierno anterior.
Mauricio Macri: Son deudas que tienen décadas y que se paguen todas de un saque… Santa Fe, Córdoba y San Luis fueron muy beneficiadas con el fallo que les permitió salir de ahogos financieros profundos. Ahora espero que Santa Fe, como las otras provincias, mejore la calidad del presupuesto y aumente la inversión, porque la calidad de un gobernante se mide por la capacidad de hacer obras. Si solamente paga sueldos, no le aporta mucho a la comunidad. Lo que sirve es hacer obras que generen aumento de capacidades económicas, como rutas, energía y puertos, o en calidad de vida como salud y educación pública, donde tenemos una deuda enorme todos los argentinos.

Ganancias: mesura y pedido a las provincias

Norte (Chaco): ¿Qué tiene pensado hacer si finalmente el Senado aprueba el proyecto de Ganancias?
Mauricio Macri: No me adelantaría. Confío en la sensatez de los senadores, que velan por las cuentas públicas de sus provincias, las que en la mayoría de los casos están con problemas severos de déficit, como lo tiene la Nación.

La hidrovía es una necesidad fundamental

“La hidrovía es algo fundamental, llegando a Brasil, es una oportunidad única que tenemos y la tenemos que poner en valor. Lo mismo que para fomentar la exportación misionera, como hicimos en Tucumán y Mendoza, arreglar el tema del aeropuerto para que pueda tener más capacidad en la exportación de carga.“La hidrovía es algo fundamental, llegando a Brasil, es una oportunidad única que tenemos y la tenemos que poner en valor. Lo mismo que para fomentar la exportación misionera, como hicimos en Tucumán y Mendoza, arreglar el tema del aeropuerto para que pueda tener más capacidad en la exportación de carga.

Macri se dio una vuelta por Corrientes, bailó un chamamé y se mofó de Colombi

(Domingo 20 diciembre 2015). Apenas 8 minutos duró el superficial discurso del Presidente. Lleno de frases hechas, llamó a la unidad, a formar un gran equipo para sacar a flote a la Argentina y hacer que los que se fueron puedan volver (ver página 5). Se trata, en efecto, del destierro, una triste realidad que los correntinos comparten con muchos connacionales, por lo que el deseo de Mauricio Macri arrancó un alarido de los presentes: un puñado importante de militantes, dirigentes políticos, funcionarios, legisladores, jefes comunales (varios del PJ), y productores agropecuarios que estacionaron donde pudieron sus camionetas a lo largo de los 9 kilómetros de camino casi perfectamente enripiado que conecta la tranquera con el corazón mismo de los molinos arroceros donde se concretó el epicentro de la visita.

El avión presidencial aterrizó en Mercedes pasadas las 9 de la mañana e inmediatamente Mauricio Macri, en compañía del gobernador Ricardo Colombi, cubrieron en el helicóptero oficial provincial los 50 ó 60 kilómetros que separaban el aeropuerto paiubrero con el patio principal del establecimiento “San Celestino”, de Ceagro SA, de quien Luis Martín Irastorza es uno de sus representantes.

Los 45 minutos que duró la visita presidencial, desde las 10,25, alcanzó para sobrevolar la arrocera: sembradío bien dotado como la presa que la riega, ayudada en estos días por la lluvia inclemente que aunque buena para el cultivo, viene lastimando a las familias de casi todo el Taragüí.

Alcanzó además para recibir regalos de Colombi, que apeló al mate como símbolo de amistad del correntino, y a un facón que, a falta de moneda (para evitar la pelea, como sugiere la tradición), fue intercambiado por un billete de 100 pesos que el Presidente eligió de entre los varios que tenía en el bolsillo trasero derecho de su pantalón color crema.

La ceremonia, que ahondó en chascarrillos entre el gobernador Colombi y el presidente Macri, siguió con la entrega de las declaraciones de rigor y luego las palabras del Jefe de Estado, que al final fue obligado a quedarse a escuchar chamamé, a bailar con una dama curuzucuateña y a fotografiarse con músicos y empleados, a los que trató condescendientemente. Colombi no habló.

 

Cerca, pero distante

Saludando a la gente, pero sin contacto directo con los productores; sin anuncios de ninguna naturaleza y sin hablar con la prensa (cosa que antes era toda una tragedia), Macri bajó del acoplado brasileño adornado con alfalfa que sirvió de escenario para volver al helicóptero.

Subió a una camioneta SW4 Toyota y se perdió entre el gentío. Detrás, pidiendo a los gritos que la militancia se haga a un lado, Ricardo Colombi.

“Córranse, que el helicóptero no sale sin mí”, advirtió el Gobernador y abordó un Fluence de Renault para hacerse llevar y desaparecer. De pronto, la nave negra y gris, reminiscente del “Lobo del aire” se elevó detrás de los silos y orientó su vuelo hacia Mercedes. Eran las 11,11 de la mañana.

Así transcurrió la primera visita oficial del presidente Mauricio Macri a Corrientes. Más como un respaldo simbólico a los ruralistas, pero también a Colombi, a quien lo une una sociedad política “que debe recomponerse”, según dicen algunos; “que está en su mejor momento”, según otros.

El propio Macri adujo que vino para consolidar la confianza con el Gobernador correntino, de quien dijo que es un glotón al que no le seguirá en zaga, puesto que no le gustaría recibir de él el pecado de la gula saciado con chipacitos y torta frita. El menú calórico que Colombi engulle cuando maneja, “como si fuera maní”, según se encargó de graficar el Presidente, se constituyó en la “comidilla” del encuentro, que por lo demás fue, como le gusta al titular del Ejecutivo Nacional, más bien bajas calorías.

 

Compañías

Al presidente Mauricio Macri y a su anfitrión Ricardo Colombi acompañaron los ministros Ricardo Buryaile, de Agroindustria; Rogelio Frigerio, de Interior, y entre otros, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó. El gabinete local estuvo en pleno, al igual que el radicalismo de todos los tiempos, a quienes a su vez acompañaron legisladores propios, aliados y no tanto, como varios de los intendentes peronistas que fueron hasta la arrocera a probar suerte, a presentar credenciales y confirmar que la cosa cambió hace poco más de una semana. Por caso, la ventanilla de pagos.

El más “encarpetado” fue el intendente de Goya, Gerardo Bassi, que hasta se puso traje para dejarle a Macri un plan-pedido para el puente Goya-Reconquista.

Asistió también el intendente de Mercedes, el kirchnerista Víctor Cemborain, que se trenzó en charlas de todo tipo, como hicieron casi todos a los que Macri dejó con la palabra en la boca. El mercedeño igual pudo entregarle un presente: otro mate.

Quien se llevó la mayor cantidad de besos, abrazos, selfies y preguntas más farandulescas que políticas fue el ex “piquetero rural” entrerriano, Alfredo De Angeli, actual senador nacional, quien llegó en la comitiva y ocupó un lugar en el escenario, para luego oficiar de embajador del macrismo entre la tosca y el barro que cada tanto ensuciaba a alguien.

 

Tacaño

Colombi hizo dos regalos al Presidente: un mate y un cuchillo. Uno como símbolo de amistad, según dijo; y otro como demostración de poder, según dicen los semiólogos. Regalo que además debe cortar con la tradición de los malos augurios recibiendo una moneda del homenajeado.

Claramente Macri no llevaba encima una moneda y mucho menos sus colaboradores cercanos, así que Colombi no tuvo empacho en pedir un billete. “Traé uno de 100 entonces”, lo toreó. El Presidente sacó uno de tantos billetes que llevaba encima y se lo dio. La gente bramaba y creó el clima para que el Gobernador retomara la iniciativa: “Ahora va a llover mil milímetros”, lanzó, protegido por la carcajada generalizada.

“Esa es la fama que me quieren hacer algunos”, recibió como respuesta, además de una reprimenda jocosa por la obesidad a base de grasa frita u horneada.

 

Aprendiz de chamamecero

Chamamé antes, durante y después. Ese fue el sonido ambiente de la mañana mercedeña-curuzucuateña que sirvió de marco para recibir al Presidente. Pero además, para el broche de oro, Colombi contrató a un lugareño talentoso: Juancito Güenaga, que fue quien terminó tocando para el deleite de la gente, pero también para que el Jefe de Estado se animara sin mayor éxito con el baile.

Sucede que primero fue desairado por Colombi cuando el flamante primer mandatario intentó jugar a ser el damo del mercedeño. Demasiado igualitario para Colombi, que prefirió cortar por lo sano. Igual no pudo evitar la foto.

Pero la cosa no terminó allí y una mujer saltó el corral que la separaba del Presidente y lo invitó a bailar. Se llama María Elena Galdames. Tiene 43 años y es curuzucuateña, madre de varios chicos, uno de los cuales también se fotografió con Macri. María le susurró al oído algunos pasos y el ex alcalde porteño hizo sus mayores esfuerzos. Fue animado y se llevó los aplausos.

“¡Sí, se pudo!”, exclamó la mujer. “Fue una linda experiencia”, alcanzó a decir luego, aturdida por la emoción de haber logrado lo que pocas: hacer bailar chamamé a un presidente que gusta más bien de la cumbia “gildera”.

Todo eso transcurrió mientras Colombi ordenaba la escena. Entra este y sale aquel. Pidió al menos cuatro bises antes de dejar ir a su invitado.

Fue todo el show. Las aspas de la aeronave dieron por terminada la fiesta, que no obstante siguió cerca de las estacas y la carne asada.

Minutos después, la caravana de camionetas desandaba el camino rumbo a la Ruta 119, o lo que queda de ella. La princesa se convirtió en calabaza y los invitados al mitin despertaron del sueño del cambio a la realidad, que viaja a otra velocidad desde hace muchos años en Corrientes.

http://www.ellitoral.com.ar/392912/Macri-se-dio-una-vuelta-por-Corrientes–bailo-un-chamame-y-se-mofo-de-Colombi