Sin periodismo no hay democracia

 

“Que las paredes hablen, bato (hermano), ya que la ciudadanía calla”.

Javier Valdéz,
periodista mexicano
asesinado por narcos.

 

Hace unos días tuvo lugar en Buenos Aires el XII Congreso Internacional de Periodismo organizado por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea). En esta ocasión, en asociación con la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin), en el marco de un encuentro importante de periodistas de investigación de la región, para hablar del oficio, sus fallas y sus logros, y del rumbo que viene tomado la industria: el negocio de las noticias que es cada vez menos negocio para algunos y una oportunidad para otros.
Fueron cuatro días intensos de ponencias, conferencias y talleres interesantes, porque abrió caminos en una discusión que si bien puede parecer de interés corporativo, necesariamente es importante para la sociedad. Sin periodismo no hay democracia. Y sin democracia, las cosas pueden ser aún más difíciles. Los argentinos podemos dar testimonio de ello.
El asunto por estos días, en Argentina pero también en el mundo, y sobre todo en regiones como las nuestras, es el periodismo de mala calidad, que repercute también en la valoración de la democracia, pues ante la “no mirada” periodística, o la mirada miope -la distorsión de la mirada (por complicidad o por negocios publicitarios)-, brotan gobiernos malos, corruptos, que dejan de hacer lo que deben tentados por la impunidad y el silencio que los protege.
“Debemos formar periodistas para la democracia”, dijo Pablo Mendelevich, director de la carrera de periodismo de la Universidad de Palermo, lugar donde tuvo lugar el encuentro con periodistas del país y de gran parte de Latinoamérica. “El periodismo no está bien. No está mejor que hace 15 años”, agregó, y mencionó, entre otros problemas, la grieta política-social, la posverdad y otros tantos males como la decadencia de la industria del papel-periódico, que resiste y que para vivir, por sus elevados costos, entrega lo que debe y lo que no debe a pagadores generalmente provenientes del Estado: los gobiernos.
El titular de Fopea, Néstor Sclauzero, a su turno, insistió con una simple pero no por ello menos contundente frase: “El periodismo sigue siendo el mismo de la época de Gutenberg: hay que mirar y contar la verdad. Honrar la honradez”. Lo de los formatos es una circunstancia, porque los formatos de hoy son digitales y serán otros en el futuro. Pero contar un hecho periodístico con rigor informativo es tarea primaria de los periodistas. Hoy y siempre.
Lo que atrae a las audiencias es el talento, añadió. Y eso parece no estar en duda, más allá de las dificultades con las que se encuentra el talento a la hora de echar a andar. Una de ellas tiene que ver con las condiciones desfavorables de producción, un mal común en el mundo de este noble oficio. Porque es noble. Pese a que hay de todo, y por muchas razones se están abandonando los protocolos básicos de actuación periodística. Muchas veces por supervivencia, un periodista deja de preguntar y se dedica a cortar y pegar. A mediar un contenido suministrado, generalmente maquillado por las cada vez más extendidas y poderosas maquinarias publicitarias de los gobiernos que, entendiendo el negocio, gastan más en marketing que en gestión.
Los argentinos, además, consumen noticias por las redes sociales. El 65% del tráfico nacional lo maneja Facebook, pese a que las noticias más confiables las escriben los medios “tradicionales”. Estos gozan de prestigio, pero la cosa es que a los usuarios los maneja Facebook, sin que el interesado ingrese ya a las páginas de los medios. Otro tanto y más grave pasa con las estadísticas de los rotativos, que ven como, año a año, se reducen sus tiradas.
Los problemas, por tanto, pasan hoy por saber a cada instante qué contar, a quién, por dónde y cómo hacer para encontrar financiamiento para la producción de noticias de calidad, que son más caras que producir opinión por Twitter o por cualquiera de las demás redes. “Los hechos son sagrados (y caros) y la opinión libre (y abundante)”.
Los medios siguen siendo los organizadores del mundo, aunque el mundo sea pequeño, como podría ser el mundo de El Litoral: Corrientes, a veces parte de la región. Este diario es una referencia para su zona, para el NEA, pero sufre como sus pares de provincia la caída del modelo de negocios industrial y no se encuentra a ciencia cierta un camino para encauzar el servicio de noticias con una financiación sustancial en los nuevos formatos. Una condena. Por ahora, al menos.
Esa falta de control-financiamiento del negocio, la competencia desmedida sobre los contenidos y la irrupción de las falsas noticias y de operadores pagos (representantes de múltiples intereses) que moldean realidades, las deforman, generan corrientes de opinión, etc., constituyen un panorama bastante complicado para los periodistas y las empresas del rubro.
Hay algo bueno, de todos modos: que la ciudadanía sabe hoy que no todo lo que ve, oye o lee es verdad. Busca cómo validar esos contenidos y en ese esquema de validación todavía radica el hilo de vida de los medios.
El devenir (político, por caso) quiso convertir a los medios en instituciones redundantes de la escena pública. También la aparición de celulares potentes y gente que juega a ser periodista por un rato. Por suerte, más allá de una primicia, no alcanza sólo con eso. Aún valen las valoraciones contextuales y las implicancias efectivas de los hechos que se narran. Y eso no lo hace cualquiera.
De todas maneras, que los medios y el periodismo como entidad consigan hacer falta, no redundar, es menester de los propios medios y periodistas: buscando la verdad, generando credibilidad, prestigio. Periodismo de calidad.
Aquí también juegan un rol importante las instituciones de la democracia, muchas de las cuales se mantienen alejadas de los periodistas. Se esconden. Esconden. Y los medios no fuerzan un cambio de actitud. Muchas veces por comodidad, otras por falta de recursos y la mayoría de las veces por conveniencia económica, los medios también esconden sus sistemas de verificación interna y elevan las posibilidades de cometer inexactitudes o falsedades que terminan abonado el terreno difícil en el que parece estar embarrado el colectivo periodístico nacional.
Copiar y pegar sin verificación conduce al error. Y el error de los periodistas y medios de comunicación es el mejor refugio para los gobiernos escondedores o corruptos, y también para los gobiernos incapaces, que luego asientan la crítica en el error inducido para justificar su propia inacción.
Esta situación, llevada al extremo, hizo que en Argentina surjan entidades de verificación externa, como chequeado.com, que luego ofrece sus servicios a las empresas periodísticas, porque ni siquiera los grandes medios, muchas veces, se toman el trabajo básico de la verificación que hace unos años era una condición previa a cualquier publicación, aunque sea del estado del tiempo.
La información es naturalmente provisoria y por eso el periodismo debe extremar los cuidados. Y debe enmendar errores, en todo caso, cuando los comete.
Esto que parece una lección de primer año de periodismo y una sutileza cuando la realidad desborda los conceptos para imponerse con sus déficits más tremendos (socioeconómicos, sanitarios, educativos, de infraestructura, etc.), implica un mayor compromiso. Porque los que quieren que esto siga ocurriendo no buscan el descalabro de los medios en sí mismo. No les interesa eso. Lo que buscan es encontrar terreno fértil para sus fechorías.
La prensa surgió para contar y controlar, por lo que siempre es mejor para los controlados no tener de qué preocuparse. Es allí donde radica la importancia de estas cuestiones. Y por eso el poder busca siempre intervenir en los medios. Pero hay una certeza, y esta es igual para los vendedores como para los compradores de medios: a las entidades periodísticas que se las interviene políticamente no se les cree y no se las lee.
El acuerdo, por tanto, debe ser con la ciudadanía. Los periodistas debemos seguir bregando por encontrar mecanismos de acuerdo. No tanto con el palacio y más con la plaza. Estamos en un momento de crisis, pero también de oportunidades.

Algunos detalles del Congreso Internacional de Fopea

Tras participar del XII Congreso Internacional de Periodismo, analizamos con Gustavo Guirado, en Radio Unne, algunos de los ejes que se debatieron: calidad periodística, nuevas herramientas digitales, plataformas, periodismos provinciales, emprendedorismo periodístico, periodismo de investigación, etc.

Un pantallazo de actualidad sobre la industria, pero también, y sobre todo, sobre el oficio.

Escuchalo aquí:

Ramón Salaverría: ¿Periodismo delicatessen o periodismo pasteurizado?

Recomiendo mucho esta nota que hicimos hoy con Gabriela Bisaro y Marcelo Urreli en Radio Unne con Ramón Salaverría, profesor de la carrera de Periodismo de la mítica Universidad de Navarra, España, además de investigador en cuestiones de periodismo digital o ciberperiodismo.

Hablamos básicamente de un real nuevo periodismo a partir del surgimiento de entornos digitales y nuevas maneras de producción-circulación-recepción, haciendo foco en esa gran categoría que es el ciberperiodismo.

De allí surgió lo que entiendo es una interesante nota que, entre otras aseveraciones, sostiene que estamos en un entorno que está potenciando, no sólo los mejores modelos periodísticos, sino también a los mejores modelos de trabajo, cuasi personal, que sostienen los periodistas.

Periodista o medios. “Es uno de los debates”, dijo Salaverría, y habló entonces de la diferencia existente entre el “periodismo delicatessen, de calidad, asociado a los periodistas”, en oposición a otro periodismo supermercado, basura, lleno de repeticiones, duplicaciones, como en el marco de una gran “pasteurización” informativa.

Muchos grandes medios se la pasan buscando grandes audiencias, y caen en el periodismo pasteurizado, pero frente a ello, dijo el catedrático, vemos periodismo de nicho, mucho más limitado, pero con una comunidad mucho más fiel, asociado a periodistas en particular.

Estos y otros asuntos relacionados con los grandes y actuales debates del periodismo mundial en esta nota de audio.

Los desafíos del periodismo, en media hora

 

¿Cómo mantener la credibilidad periodística en un mercado informativo con nuevas reglas? ¿Qué camino seguir para adaptarse al entorno tecnológico cambiante? ¿Cómo relacionarse con las nuevas audiencias? Estos y otros desafíos se analizan en el documental Líneas emergentes del periodismo actual (25:48), recién lanzado por el foro Conversaciones.

El reportaje ofrece un completo análisis sobre los retos actuales de los medios mediante testimonios de periodistas que están al frente del cambio digital de sus respectivos medios en España, pero que es aplicable a la Argentina y a cualquier país del mundo. El documental también incorpora reflexiones de analistas e investigadores del periodismo, entre los que se encuentra Ramón Salaverría, a quien vamos a entrevista para la radio de la Universidad del Nordeste.

Es un material de referencia actual. Son 25 minutos que valen la pena entregarlos a esta pasión cambiante del periodismo.

Para periodistas, editores, dueños de medios y claro, para profesores y estudiantes.

Sebastián Lacunza: el cierre del Buenos Aires Herald, periodismo y política

El periodista y ex director del Buenos Aires Herald, habló en el programa “Ciudad Invisible” de Radio UNNE, 99.7. Se refirió a la situación que vivió el legendario diario que supo ser el primero en denunciar los crímenes de lesa humanidad en la dictadura y desde este año ya no se edita en nuestro país.

Recientemente Sebastián escribió el libro llamado “Pensar el periodismo” del cual, según sostuvo, “se desprenden reflexiones sobre la crisis de credibilidad y de valor que sufrimos como profesión”.

Con respecto a su relación con la realidad del diario sostuvo que “finalmente el libro salió en la misma semana en la que el grupo decidió pasar el diario a semanario” y concluyó: “Con el Herald sufrimos en carne propia la crisis del periodismo, en esa misma semana pasamos de ser 28 a ser ocho personas trabajando en la redacción”.

Esta y otras cuestiones relacionadas con la profesión periodística en esta nota:

Lo que hace daño al periodismo

El periodismo es una tarea que siempre ha estado limitada: primero por los partidos políticos y después por el capital. Negar esto es tan absurdo como no admitir que la prensa libre sólo es posible en un régimen que procure, siquiera en apariencia, la competencia empresarial.

“El problema es cuando el oficio acaba vampirizado por tipos infames. Tipos empeñados en no distinguir entre la información y la opinión. Los mismos que se encaraman a sus púlpitos y pisotean aquello que Beuve-Méry, fundador de Le Monde, le dijo a Manu Leguineche: “La objetividad es imposible, pero hay una cosa sagrada: jugar limpio con el lector”.

“Martí Gómez, por cierto, ha afinado aún más esta reflexión: “La objetividad no existe, pero la subjetividad no se debe confundir nunca con la falsedad” (El oficio más hermoso del mundo, Clave Intelectual, 2016).

Sólo estos párrafos valen la nota, pero es muy valiosa en su integralidad esta pieza de Raúl Conde, publicada en el diario español El Mundo. Recomendada no sólo para estudiantes, sino también para colegas. #Periodismo. Leela aquí.

El premio de ser un reportero

En tiempos en que la identidad de un periodista llamado a enfrentar al poder, palidece en las salas de redacción, el Reconocimiento a la Excelencia Gabriel García Márquez otorgado a El Faro de El Salvador, nos recuerda que un periodismo vigoroso es posible.

En algunas salas de redacción, el ascenso más preciado es ser un reportero antes que el jefe. “Me tomó más de 16 años obtener este ascenso”, dice lanzando una carcajada el fundador de El Faro, Carlos Dada, quien luego de permanecer en Estados Unidos por una beca volvió en calidad de reportero a la sala de redacción que formó a puro pulso en su país: El Salvador.

Leé la nota completa aquí:

En la Feria del Libro: periodismo por periodistas

La prensa tuvo un lugar protagónico el jueves 20 de julio en la Feria Provincial del Libro que se realiza hasta el 29 en el predio del Tekové Potí ublicado en la costanera Sur. Esta segunda jornada contó con la presencia de Gabriela Cabezón Cámara, Edi Zunino y una mesa de periodismo editorial integrada, entre otros, por el subdirector del diario El Litoral Eduardo Ledesma.

Con la presencia de Beatríz Sarlo, comenzó el miércoles la 7ª Feria Provincial del Libro, “Dime qué lees”. El jueves, en su segunda jornada, el periodismo fue la vedette con una mesa sobre “Periodismo editorial” conformada por Eduardo “Pepe” Ledesma, Luis Alarcón, Mariela Mioni, Marcelo Pucciariello, Carlos Lezcano y Carlos Quiñonez.

La charla comenzó en la Sala Nº 1 que se llenó por completo, y debió ser trasladada luego a la Sala 4 donde se sumó la periodista Gabriela Cabezón Cámara con su disertación: “Literatura y periodismo, un par en tensión”.

Antes hubo una serie de intercambios relacionados con la propuesta:

¿Cómo se financian los trabajos periodísticos en su paso a la industria del libro? ¿Cómo hace para vivir un periodista que debe dedicar al menos 6 meses a una investigación para publicar un libro? ¿Quién edita? ¿Hay público para que los periodistas intenten la patriada de invertir en un libro? ¿Cuáles son los intereses de las editoriales locales y regionales?

De estas y otras cuestiones se habló en la mesa, luego de que los distintos participantes expusiera su punto de vista. Hubo una suerte de estado de la cuestión, pero se habló además de los complejos sistemas periodísticos locales dependientes del Estado, de las formas nuevas de producción, de la evasión de la censura, de los libros existentes de periodistas, la mayoría editados en Buenos Aires, etc. De la necesidad de contar con editores.

Tras el cierre de esta presentación fue el turno de la periodista, escritora y docente Silvia Mercado, quien habló sobre “Actualidad política y perspectivas en un año electoral” y más tarde, el periodista Edi Zunino presentó su novela “Locos de amor, odio y fracaso”.

Agustín Espada: “Internet vino a cambiar muchas cosas, sobre todo a los medios”

Internet vino a cambiar muchas cosas, sobre todo a los medios tradicionales ya que las redes sociales se insertaron como intermediarios entre los medios y los usuarios”. Quien lo dice es Agustín Espada, licenciado en Comunicación Social y especialista en Trasmedia.

Hoy lo entrevistamos para el programa “Ciudad Invisible” de Radio UNNE, 99.7. Allí, entre otras cosas, se refirió al auge de internet, su rol fundamental como intermediario entre los medios y sus lectores y a la digitalización de medios tradicionales.

Los medios de comunicación encuentran en la red de redes el máximo desafío a su subsistencia como agentes productores de información y entretenimiento, expone el nuevo escenario de la radio en Internet y sus incógnitas acerca del financiamiento y los formatos.

La nota completa aquí:

Repudio a Colombi por insultar a un periodista

El insulto a Gonzalo Romero de Sudamericana no fue el primero y, dadas las condiciones ético-morales del gobernador Ricardo Colombi, muy probablemente no sea el último. Colombi desprecia a la prensa, se jacta de ello y lo dice en público. Y  por eso insulta cuando alguien hace lo que no debe: preguntar. 

En estos dos tramos de conversación, analizamos con María Mercedes Vázquez las razones que motivan a Colombi y, lo que es peor, los motivos por los cuales, la mayoría electoral de la provincia de Corrientes, justifica y a veces hasta avala los actos y dichos primarios-ordinarios-insultantes del patrón del Paiubre.

Si no escuchaste la nota, podes hacerla aquí.