Es sábado, el sol brilla. Cerca de casa avanzan los peregrinos que van a Itatí. Sopla un viento fresco que hace un día espléndido. Debajo del timbó que me da media sombra, escucho música. Suena “La calandria”, que en versión de Tajy no llora: canta, ríe, sueña, vuela.