El Gran Resistencia superó su propio récord y la situación por la pobreza empeora

Publicado en La Nación

RESISTENCIA. “Solo nosotros, con nuestra organización, atendemos alrededor de 260 merenderos y comedores. Asistimos a más de 40.000 familias en la provincia, pero el número se incrementa todos los días. La ayuda que recibimos es totalmente insuficiente, nos llenan de polentas y reducen los alimentos que nutren a los niños. La situación es insostenible”.

La queja es de Sonia Cardozo, coordinadora provincial de Libres del Sur-Territorial, quien intenta colaborar para contener la degradación socioeconómica que golpea al Chaco y, en particular, al Gran Resistencia. Es el segundo conglomerado urbano con más carencias del país, según el Inde, con más del 54% de la población bajo la línea de pobreza.

Concordia es la ciudad más afectada, de acuerdo con dl relevamiento del segundo semestre de 2022, pero los guarismos son muy similares. En el podio también están Santiago del Estero, San Luis y Corrientes, seguidos de cerca por varios distritos bonaerenses.

“Tratamos de buscar alternativas. Nos organizamos con los vecinos para seguir ayudando. A veces lo hacemos con campañas solidarias, pero la situación es muy crítica, porque los chicos y las familias no pueden acceder a las cuatro comidas diarias. Ahora solo pueden elegir entre almorzar o cenar, porque no llegan al mes”, añadió Cardozo, en diálogo con LA NACION.

“La situación no da para más: una familia tipo tiene que tener $175.000 para no ser pobre y tenemos un salario mínimo por el piso, lo que afecta incluso a los trabajadores en blanco. Todo es consecuencia del ajuste del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner”, graficó la referente social. Su organización está presente en 34 localidades del Chaco.

Urgencias en expansión

“Lo más grave es que ese número de pobreza queda viejo. El 54% está desactualizado, porque en febrero la inflación tuvo una fuerte aceleración, no solo la nacional, sino especialmente la del NEA. Incluso, el índice de precios que mide el gobierno del Chaco reflejó el alza y las canastas básicas se incrementaron por encima de la inflación”, evaluó Alejandro Pegoraro, director de la consultora Politikón Chaco.

Pero hay una razón más: “Los aumentos salariales, particularmente en el sector público, se aplicaron recién en marzo, por lo que la brecha entre los ingresos y la canasta se amplió, sin contar que la canasta básica del Chaco es una de las más caras del NEA, lo cual pone más presión a los indicadores de pobreza”, agregó el consultor.

Traducido en números, la situación revela que en el aglomerado del Gran Resistencia el ingreso medio per cápita familiar creció 91% interanual y 39,5% semestral, pero el valor de la canasta básica alimentaria creció un 91,2% y un 42,8%, en esas categorías. La situación genera un salto en la incidencia de pobreza en el aglomerado chaqueño, de igual forma que se dio a nivel país.

Aumentó la asistencia de chicos y granes a merenderos y comedores en el Chaco
Aumentó la asistencia de chicos y granes a merenderos y comedores en el ChacoGentileza

De alguna manera, coincide en ello el gobierno chaqueño. Al respecto, el subsecretario de Política Económica, Sebastián Martínez, dio a conocer su posición luego de la publicación de los índices del Indec. Para el funcionario, la cifra de pobreza se relaciona directamente con la estructura de empleo de la provincia, que cuenta con un 60% de empleo formal y un 40% de trabajo informal, lo que deja “sin herramientas de negociación salarial colectiva a una gran parte del sector de los trabajadores”.

“En términos generales, el Estado provincial no tiene incidencia sobre los salarios del sector privado, pero sí tenemos incidencia directa en los salarios del sector público. Con 80.000 familias (asalariadas en el Estado), hay una buena parte de la provincia cuyo ingreso principal es del sector público. De las herramientas que tenemos, la principal es el salario público y el compromiso de defenderlo frente a la inflación”.

“Para empezar a hablar del tema de la pobreza en el Chaco hay que entender que la provincia viene siendo gobernada hace 16 años por el peronismo. Los problemas se agravan. La provincia se ha convertido en una fábrica de pobres”, dijo a La Nación el diputado provincial Leandro Zdero (UCR), uno de los probables candidatos a gobernador de la oposición.

Para el legislador, los guarismos del Indec se reflejan en la falta de oportunidades de trabajo, la ausencia de decisión política para dignificar a los trabajadores y la falta de ayuda al campo, que es el motor productivo del Chaco. “El problema es que Capitanich no tiene un plan a mediano y largo plazo. Solo hay planes cortoplacistas que contienen a su vereda pero que no alcanza ni a cruzar la calle”.

Para el dirigente opositor, no hay acompañamiento con obras al sector productivo y “se le mete la mano en el bolsillo a los que laburan”.

“Ni hablemos de reconciliar la educación con el trabajo y la tecnología. En el Chaco hay docentes interinos hace años, no se le da certezas y hoy son trabajadores pobres e indigentes que engrosan la lista del Indec”, advirtió Zdero. Estimó indispensable, además, que la oposición está obligada a presentar un plan para revertir la situación.

Pobreza e indigencia

Los datos visibilizan un problema general que históricamente estuvo focalizado en las regiones más marginales, como el norte argentino, donde la pobreza comprende estructuras que permean las cuestiones económicas. Al no encontrar caminos de desarrollo, minan la vida social, educativa y cultural.

Y si bien los datos de inflación y de pérdida de poder adquisitivo anticipan situaciones mucho más preocupantes para este año, las cifras de 2022 muestran la curva creciente de la pobreza en todo el país, que se incrementó en los 31 conglomerados urbanos que mide el Indec.

La situación no es homogénea y, así como Concordia fue nuevamente el distrito más afectado, con el 55,2% de su población bajo la línea de pobreza, el Gran Resistencia, con el 54% de pobres, no está lejos de esta grave situación social. Pese a la aparente distancia, tampoco lo están Corrientes, con el 45,2%, ni los partidos del Gran Buenos Aires, con el 45 por ciento.

El dato significativo es que el 54% de personas en situación de pobreza configura un récord histórico para el Gran Resistencia. Y el 14,4% de indigencia, constituye el porcentaje más alto entre los centros urbanos relevados en todo el país.

El área conformada por las localidades de Fontana, Vilelas, Barranqueras y Resistencia alberga a casi 421.000 personas, de las cuales más de 227.000 son pobres y más de 60.000 son indigentes.

Los datos indican que la pobreza creció más de cuatro puntos en relación al 49,9% registrado en el primer semestre de 2022, mientras que la indigencia bajó, dato que fue celebrado por el gobierno chaqueño, para el cual, en un contexto nacional y provincial de deterioro, la provincia redujo los niveles de indigencia, “producto de las medidas de protección a los sectores más vulnerables impulsadas por el gobernador Jorge Capitanich”.

Crisis social en el Chaco
Crisis social en el Chaco

La voz de las calles

La pobreza es estructural y va mucho más allá de los números. Se manifiesta en las calles del Gran Resistencia, como en todo el norte, dado que no constituye un drama exclusivo. Pero en la capital del Chaco la escasez y la falta de horizonte parecen ensañarse, no solo por la cantidad -afecta directamente a más de la mitad de la población-, sino por lo prolongado del tiempo sin mejoras

En la avenida Italia, una arteria céntrica que pasa por el frente de la Municipalidad de Resistencia, la basura se acumula en las esquinas. Estos basurales en las bocacalles de las zonas más pudientes de la ciudad, luego se replican en los barrios, conformando focos infecciosos que enferman a la gente, advierte Clara, una vecina y comerciante, dueña de un pequeño negocio multirrubro, parecido a los muchos que jalonan esa importante calle de la capital chaqueña.

A la pobreza de los números se suma esta otra pobreza, que se parece al abandono: montículos de basura apilados en las esquinas o en el medio de los bulevares, en los barrios, en las alcantarillas. Ni hablar de los basurales que se reproducen en los barrios populares, en los asentamientos, como en la zona del Chelliyí, a 20 cuadras del centro, por avenida 25 de Mayo. O en barriadas a la vera de la avenida Soberanía Nacional, cerca de la Terminal, o incluso, las barriadas linderas al enorme hotel de convenciones, donde el sábado pasado Capitanich juntó a la militancia para arropar el operativo clamor que busca activar una nueva candidatura de Cristina Kirchner.

En ese acto, Capitanich no habló de sus aspiraciones nacionales. Se limitó a hablar de Cristina y de la necesidad de repetir un triunfo en el Chaco, bajo la consigna que se lee repetida en las paredes: “Coqui” 2023.

En esos lugares alejados, pese a los grafitis negros sobre muros blanqueados a la cal y que culminan con un corazón pintado en rojo, rige algo muy parecido a la ausencia del Estado. “Fijate incluso el tránsito, en las afueras y en el centro: parece tierra de nadie. No hay un orden, todo el mundo hace lo que quiere”, agrega Laura, una docente correntina que todos los días cruza a Resistencia a dar clases en el campus de la Universidad Nacional del Nordeste.

Como miles de correntinos y chaqueños que viven y trabajan en ambas orillas del río Paraná, son espectadores cotidianos de esa derrota de las más elementales normas de convivencia, y que luego se refleja en los números de accidentados que reportan los hospitales, o los cementerios, un poco por la imprudencia, y otro poco por la desidia en el control y en el mantenimiento de las calles.

Según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, actualizados a septiembre de 2022, el Chaco tenía la cifra más alta del país en siniestros viales y muertes de motociclistas, y un registro de los más altos en cuanto al patentamiento de estos vehículos.

El lunes por la noche, en coincidencia con una recorrida hecha por LA NACION en Resistencia, vecinos de la zona sur interrumpieron el el cruce de las avenidas Soberanía Nacional y Arribalzaga para pedir por el estado de las calles, que al ser de tierra son intransitables por los pozos y el polvo cuando no llueve, y por el barro jabonoso que se produce cuando llueve, lo cual genera accidentes.

Según dijeron vecinos que montaron la protesta, tienen muchos problemas con el agua y la energía eléctrica, reclamo que vienen haciendo por lo menos hace siete años por las vías administrativas, sin que hasta el momento obtengan respuestas. El martes llovió y la situación volvió a ser un caos.

Ciudad conflicto

Esa es hoy una postal de Resistencia, conocida como “ciudad de las esculturas”, pero también de los conflictos a cielo abierto, que la convirtieron en la capital nacional del piquete.

“Hay que reconocer que la conflictividad social no aumentó en el último año. Pero el nivel de reclamo en la calle es muy alto, algunos dirigidos al gobierno provincial y otros al gobierno nacional. Los piquetes se mantienen estables en un nivel alto, lo cual sigue siendo un problema, porque el humor social está siendo muy desgastado por esa situación”, dijo el consultor Pegoraro.

Resistencia, como en otras ciudades del NEA tiene muchas obras en ejecución, pero paralizadas. A veces por la falta de partidas, en ocasiones por la inflación y otras tantas por cuestiones políticas. La más emblemática del centro de la ciudad es la de la plaza 25 de Mayo, el paseo central de cuatro manzanas que lleva más de un año tapiada y con obras que arrancaron, pero no continuaron o están retrasadas.

Hay otras obras que, incluso, se muestran en total estado de abandono, como las de la Laguna Argüello, un pulmón verde que hoy luce como tierra de nadie. Y la intimidad de los trabajos suspendidos quedaron al desnudo porque hasta las tapias y el cartel de obra fueron vandalizados.

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Según el Indec, la pobreza bajó 15% en Corrientes y el gobernador Valdés criticó la medición

Publicado en La Nación

Según el último informe del Indec, la pobreza bajó al 37,3% en todo el país y en Corrientes al 27,3%, lo que representa una reducción pronunciada de más de 15 puntos porcentuales, lo que ubica a la provincia entre las más favorecidas por la medición. Pero el gobierno de Corrientes, lejos de avalar los datos que pudieron haberse exhibido en términos políticos, salió a cuestionar al organismo estadístico, que conduce Marco Lavagna, y marcó un error en la plataforma del informe.

El propio gobernador Gustavo Valdés (UCR) cuestionó la medición del Indec. “Yo no creo en ese número, creo más bien que puede haber un error”, dijo este jueves por la mañana, y fue más allá al sostener que la provincia se mantiene en los valores de las últimas mediciones. “Creo que tenemos un 41 por ciento de pobreza”, aseveró.

Esas palabras del gobernador, a las que después se sumaron las del ministro Secretario General de la Gobernación, Carlos Vignolo, están más de acuerdo con los datos conocidos en medio de la peor etapa de la pandemia de coronavirus, cuando los indicadores socioeconómicos principales de Corrientes mostraron una mejora respecto al 42% de pobreza que marcó 2020 y al 40,6% de la primera mitad del año pasado.

No obstante esto, Valdés también aprovechó la ocasión para cuestionar los números que se conocieron la semana pasada en relación a la situación laboral del país. El informe oficial del Indec decía que la tasa de desocupación fue del 7% en la Argentina, pero en Corrientes solo del 2%, con lo que la provincia, según esos números, estaría ubicada entre las primeras grandes urbes con menor desocupación.

“No creo tampoco en ese número de la tasa de desempleo, porque yo camino la calle y la gente pide trabajo, porque básicamente tiene problemas económicos”, dijo el gobernador en contacto con Radio Sudamericana, desde Capital Federal.

“Yo no le echo la culpa a nadie, pero puede existir un error, porque la verdad es que nosotros tenemos otros números. Desde hace mucho que nuestros números no son fáciles”, remarcó, y recordó que así como la provincia le reclamó al gobierno de Mauricio Macri cuando creyó que los valores del Indec eran más altos que los estimados localmente, ahora están en la necesidad también de decir que esas estimaciones actuales, que están 10 puntos porcentuales por debajo de la media nacional incluso, no son confiables.

Marco Lavagna
Marco LavagnaLN+

“Los errores que se pueden dar y hay que estudiarlos”, consideró el gobernador, y dijo que “las estadísticas tienen que ser un norte para tomar decisiones”. “Si están mal hechas, se pueden tomar malas decisiones”, advirtió. Pidió, por eso, revisar “si hay un error censal, muestral o metodológico”. De hecho, según adelantó, ya pidió ese trabajo a su equipo de estadísticas provincial.

¿Qué informó el Indec? El índice de pobreza del segundo semestre del año 2021. En ese marco anunció que se experimentó un retroceso, con una marca del 37,3% a nivel país, mientras que en el mismo periodo en Corrientes no llegó al 30%. Para la provincia esos registros son del 27,3% en el caso de la pobreza y del 7,6% en el caso de la indigencia.

A nivel federal, la región con mayor incidencia de la pobreza en el segundo semestre de 2021 fue Cuyo (42,7%), y la de menor, la Patagonia (31,5%).

La región en la que se encuentra Corrientes, el NEA, es la segunda más pobre del país, con un promedio del 39,2%, por encima incluso de la media nacional. En ese sentido, el Gran Resistencia presenta un 52% de pobreza; Formosa, 45% y Posadas, 34,1%.

La capital chaqueña es, así, la de mayor impacto de la pobreza en todo el país, seguida de la ciudad entrerriana de Concordia. Esos datos sí mantienen consistencia histórica.

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Resistencia: capital nacional de la pobreza

La pregunta es tan dolorosa como la situación que describe: ¿por qué Resistencia se ha convertido en la capital nacional de la pobreza? Las respuestas son multicausales y van más allá de la ciudad, porque hoy es Resistencia la que encabeza el ranking, pero ayer fue Corrientes y anteayer, Concordia. No se trata de una infrecuente excepcionalidad chaqueña sino que es la regularidad de una región pobre.

Las causas también estriban en cuestiones que exceden los números que el Indec publicó el 31 de marzo, y que dicen que el Gran Resistencia tiene la mayor tasa de pobreza del país y la mayor tasa de indigencia de la Región NEA.

Con el 53,6% de su población afectada, es decir 414.823 personas, la capital del Chaco es la más pobre, entre otras cosas, porque no logra torcer su curva de deterioro que viene en franco ascenso hace años, pero que se aceleró desde 2018. Hubo tres factores: la pérdida de empleo, sobre todo empleo privado; la caída del salario, que además es uno de los más bajos del país; y los precios en alza de una inflación sin freno.

La tasa de actividad de Chaco, además, es muy baja. Tiene muchas personas que subsisten de programas sociales, pero que no alcanzan para cubrir la canasta básica. Fue, de hecho, la provincia que más cantidad de beneficiarios de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) tuvo en relación con su población, alcanzando cerca del 30%.
A esto se suman cuestiones de carácter más estructural, que tienen que ver con las variables educativas y culturales, y el difícil acceso a las tecnologías. También con variables sanitarias y de infraestructura básica. Los datos que maneja el intendente de Resistencia, Gustavo Martínez (PJ), no son menos alarmantes. En diálogo con LA NACION dijo que unos “150 mil habitantes viven en asentamientos sin urbanización”: algo así como el 30% de la gente afincada en todo el ejido que gobierna.

Números
Una cuestión a tener en cuenta de la medición del Indec es que describe aglomerados urbanos. “Por ende, en el caso chaqueño, no contempla a toda la zona del Impenetrable o a localidades del interior donde la realidad socioeconómica es distinta. Proyectar el 53,6% de pobreza del Gran Resistencia a toda la provincia podría generar que el número provincial final pueda alcanzar hasta el 60%”, dijo Alejandro Pegoraro, director de la consultora Politikon Chaco.

“Sucede que no hay planificación de infraestructura ni de nuevos servicios ante el fuerte crecimiento de población de la capital, que contiene a la gente que llegó desde el interior en busca de mejores oportunidades para sus familias, expulsada por el avance de la concentración de las tierras. Una gran parte de esa población vive actualmente en condiciones de hacinamiento”, agregó Carlos Martínez, presidente de Libres del Sur Chaco.

El Gran Resistencia es un conglomerado urbano formado por distintas ciudades: Resistencia, Barranqueras, Fontana y Puerto Vilelas, que suman más del 50% de la población de la provincia. Son ciudades unidas, sin límites definidos. Están tan conectadas físicamente, que hasta parecen una sola, pero tienen intendencias distintas y muchas veces criterios desarticulados, lo que amplía la fuga de recursos.

“La pobreza viene creciendo a pasos agigantados. Hay más actividad callejera: gente pidiendo dinero o vendiendo cualquier cosa en el centro para poder llevar un plato de comida a su mesa”, dice Sonia Cardozo, coordinadora provincial de Barrios de Pie.

Sumado a ello, la falta de políticas de impulso industrial hacen que la población de este conjunto urbano mueva su economía al ritmo del Estado, que es el mayor generador de empleo.

Hay más: Resistencia tiene más del 50% de sus trabajadores activos en la informalidad. El intendente Martinez reconoce toda la problemática, y agrega que la capital, “al no tener un perfil industrial que permita la generación de empleo”, se inclina por el comercio y los servicios, que fueron severamente afectados por la pandemia.

Críticas en clave política
El intendente de Resistencia plantea también una serie de quejas en cuanto a la administración de los recursos, pese a compartir espacio político con el gobernador Jorge Capitanich y con el presidente Alberto Fernández. Dice que las ayudas estatales “son muy importantes, pero han sido devoradas por la inflación”. “Resistencia necesita ayuda provincial, nacional o de cualquier organismo internacional, porque no podemos pedirle más aportes al contribuyente de la ciudad”, agregó.

Martínez fue el intendente que más cuestionó las decisiones iniciales con las que el gobierno de “Coqui” Capitanich intentó gestionar la pandemia. El gobernador, de hecho, solo atinó a reconocer que los últimos datos son “muy dolorosos” y que tienen dos culpables: la recesión acumulada en el último tramo del gobierno de Mauricio Macri y el Covid. No admitió, hasta ahora, las responsabilidades que le toca al justicialismo que gobierna el Chaco desde 2007.

El diputado radical Livio Gutierrez señala que el Chaco recibió la mejor coparticipación per cápita anual de Argentina. En 2020 fueron más de 82 mil pesos por habitante, cuando Mendoza recibió 40 mil y Buenos Aires 23 mil. “Los recursos, en todo caso, están mal direccionados. Además hay mucha mentira estadística, porque estos niveles de pobreza no se condicen con los índices de desocupación, por ejemplo. O se miente, o directamente la gente no busca trabajo porque se siente incapaz o porque se siente desahuciada por la situación”, señaló en contacto con LA NACION.

Es verdad también que la estructura de la pobreza es atávica en el norte del país. Por eso este tema ocupa la agenda central de los gobernadores de las diez provincias del Norte Grande que se reúnen una vez por mes y casi siempre con el Presidente. Tales encuentros ya empezaron a fructificar: en marzo, en Catamarca, Fernández anunció un sistema de reducción de aportes patronales para las diez provincias, como llave de promoción para la generación de empleo. Ahora se trabaja, entre otras cosas, en compensaciones del costo energético.

La arquitecta Claudia Leguiza, secretaria general de la fundación Conin Barranqueras, analizó la situación por encima de la fría estadística. Hizo hincapié en la cuestión cultural y en el modo en que se encadena la vida de las personas marginadas. “Esa gente muchas veces debe optar entre la comida o la ropa o la escuela o limpieza. Pero además, si come, consume harina, grasa o aceite”, señaló.

A la pobreza estructural se le suma ahora la pobreza extrema que golpea más a las familias numerosas, generalmente con mujeres al frente. “Si no revertimos esa mentalidad de la pobreza hereditaria (”nací pobre, muero pobre”), de nada nos sirve el trabajo de contención que hacemos nosotros, o los subsidios. Tenemos que trabajar y mucho, sobre todo con esas madres adolescentes de 14 o 15 años”, agregó.

Efecto covid
De día, el centro de Resistencia es el recuerdo de lo que fue en épocas prepandémicas: una ciudad colmada de actividades culturales y sociales y de estudiantes universitarios. Hoy casi todo está cerrado y los estudiantes no están. La actividad económica es muy menor. Los comerciantes que pueden, subsisten, pero malgastando renta o achicando ahorros. El que no, cierra. Las persianas bajas se convirtieron en una constante a lo largo y ancho de la ciudad. Sólo en la peatonal hay entre un 30 y un 40% de locales vacíos, según datos municipales.

La reconversión de algunos rubros también es una constante. Allí donde antes había una florería o una librería hoy hay alguna rotisería o una verdulería. Las calles y avenidas de las afueras acompañan esa desolación. El pavimento está agrietado y de noche los bulevares son oscuros.
En los barrios la cosa es todavía peor porque la capital del Chaco le ganó espacio a las lagunas y bañados y convive con riachos interiores, tributarios del río Paraná. Hay algunos patios pegados a los terraplenes que intentan ser una defensa ante las cíclicas inundaciones. Y con basurales a cielo abierto que denuncian la inexistencia de servicios, pero también el deterioro de las condiciones socioambientales.

Esta situación llevó al Chaco a ser una de las primeras en recibir el embate más fuerte de la pandemia. Fue noticia todo el primer semestre de 2020 por el ensañamiento del Covid pero también por deficiencias en la gestión de la peste.

“Hoy las organizaciones sociales somos un factor fundamental para los sectores más vulnerables. En plena pandemia nos transformamos en esenciales, ya que sin nuestra ayuda, sin las ollas populares, no hubiese sido posible paliar esta situación por la que estamos pasando”, dijo Sonia Cardozo.

Según datos del Indicador Familiar de Acceso a la Alimentación (IFAL-Chaco), entre octubre del 2019 y mismo mes de 2020, aumentó un 43% la concurrencia de vecinos a los comedores y merenderos comunitarios, tanto en la capital como en el interior provincial.

Los más afectados, en el Chaco como en todo el país, son los niños y niñas, porque ven obstruidos y vulnerados sus derechos esenciales a la alimentación, a la educación y a la salud. Un 66% de los niños chaqueños consumen menos de las tres porciones diarias de lácteos que se recomienda como óptimas, pese a que poseen tarjeta Alimentar; mientras que el 61% come una sola fruta al día o no come ninguna, según la misma encuesta IFAL a la que accedió LA NACION.

La situación de alta pobreza impacta también en el resto de la sociedad. Todas las fuentes consultadas coinciden en este punto, pues la pobreza estructural limita las posibilidades de desarrollo general. Una ciudad donde uno de cada dos personas es pobre, es una ciudad que está estancada y donde no hay mercado para explorar sus potencialidades. El caso de Resistencia es una muestra de ello: en la agenda política de la última década, por lo menos, figura la necesidad de explotar las potencialidades del turismo, algo que no se logra porque las necesidades sociales son mucho más grandes a la vez que urgentes. “Lo mismo ocurre con la cuestión laboral: al ser una ciudad de alta pobreza y relativamente baja instrucción, la oferta laboral (privada, registrada) es poca y la que aparece está más enfocada en emplear personas de baja instrucción, porque son la porción mayoritaria y más barata”, concluyó Alejandro Pegoraro.

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Los nuevos pobres de una vieja pandemia

Según proyecciones elaboradas sobre la última medición del Indec, la pobreza en Argentina alcanzó un 47 % en el segundo trimestre de 2020. En promedio, todo el semestre estuvo en el orden de los 41 puntos, número escandaloso pero naturalizado que golpea a los más jóvenes: al 56 % de las chicas y chicos que viven en hogares con múltiples carencias. Son alrededor de 6,1 millones de afectados. Nombres y apellidos. Futuros condicionados.

La mayor tasa de pobreza se registró en Concordia (52,2 %) y la menor, en la Ciudad de Buenos Aires (17,3 %). Pero en términos absolutos, la mayor cantidad está en el conurbano bonaerense: son 5,8 millones de personas.

Este presente se explica de muchas maneras, aunque sea injustificable o constituya una deuda de la Argentina y de su democracia.

La pobreza se consolidó hace décadas, pero cobró impulso luego de dos años de recesión e inflación, y luego del duro impacto en los ingresos y en el empleo como consecuencia de la pandemia.

Corrientes y la región no escapan al problema, más bien todo lo contrario, pues a las cuestiones de coyuntura debe sumarse, siempre, la estructura de su pobreza desatendida, o no atendida con la fuerza que requiere torcer su curva degradante, inveterada.

En Corrientes la pobreza alcanzó el 41,2 % y se ubica en el tercer lugar de la región. El Chaco registra el mayor índice en el NEA (48,7 %). Le sigue Formosa (42,4 %) y cierra Misiones (38,1 %).

Estos números dicen también que en Argentina hay 18,5 millones de pobres y 4,7 millones de indigentes. Que en un año quedaron bajo la línea de pobreza 2,6 millones de argentinos y bajo la línea de indigencia, 1,3 millón. Nuevos pobres para una doliente colección humana con serios problemas para su desarrollo.

Según algunos analistas, es la peor tasa de pobreza desde 2004, cuando afectó a cerca de un 45 % de personas. Eran momentos en que la Argentina salía de la peor crisis económica en su historia.

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Comparado con el desahucio planetario endilgado al coronavirus, hablar de crisis anteriores -aun en un país tapizado de crisis como la Argentina-, parece un cuento para chicos. La rígida cuarentena que se decidió como camino preventivo para morigerar-retrasar los efectos de la pandemia, destruyó en Argentina unos 4 millones de empleos. Los más afectados fueron cuentapropistas y asalariados informales, aunque el trabajo de calidad también cayó. Todo, pese al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), la prohibición de despidos y la doble indemnización decretada por el Gobierno.

La licuación de salarios por inflación, además de la rebaja de ingresos que sufrieron miles de trabajadores en medio de la pandemia, perfilan lo que podría llamarse la profundidad de la pobreza: otra brecha que nos permite ver cuán pobres son los pobres, que en su mayoría -y dada la ayuda estatal- recibe en promedio la mitad de lo que se requiere para esquivar la degradante cucarda que se cuelgan sin remedio los pobres en la Argentina: casi uno de cada dos.

Pero hay más (que no son los indigentes, ni los jubilados). Se trata de aquellos que aun con trabajo formal y establecido, aun con trabajo de calidad, ya sea en el Estado o en el sector privado, cobran menos de lo que vale una canasta alimentaria. Esa es una situación que agrava los cuadros y que no se revierte con el mero uso de un efecto discursivo. O de una ayuda.

Agrava los cuadros porque esa transferencia de ingresos (que tanto molesta a los “exitosos” del sistema, que detestan los “vagos” a su alrededor) no resuelve la pobreza estructural sino que solo sirve de contención en medio de las crisis. Hay, por tanto, un alivio, pero también una mayor dependencia de las arcas públicas. Dinero que sirve para sortear la emergencia, pero no para mejorar las oportunidades ni la calidad de los empleos. Aquí hay otra mala noticia: la mayor dependencia del Estado alcanza también a los “exitosos” que se quejan (con altas dosis de hipocresía) de la dependencia de los otros, cosa que, además, no es privativa de la pandemia.

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Pero debajo de la superficie hay otros problemas asociados a la pobreza que van midiendo una degradación más silenciosa, aunque a la vez más dañina. Se trata del proceso de descenso social que en el último año empujó al fondo a una mayor cantidad de hogares argentinos que siempre se jactó de la movilidad social, pero ascendente.

Según informes publicados en los últimos días (Moiguer Compañía de Estrategia – Diario La Nación) con el derrumbe de la economía, el peso de la clase media en la sociedad argentina se redujo y, por primera vez en décadas, su participación cayó por debajo de del tercio. Esto quiere decir que la clase baja infló su participación en la pirámide social argentina hasta alcanzar al 64 % de los hogares, frente al 50 % que representaba en 2019.

“El salto, sin embargo, no se sintió tanto en el número de argentinos que pueden ser identificados como de la ‘clase baja extrema’, que se incrementó en cinco puntos -pasando del 20 % al 25 %- sino más bien por la consolidación de la llamada ‘clase baja’, que tuvo un aumento de nueve puntos (del 30 % al 39 %)”, dice el informe.

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“Las clases medias fueron históricamente consideradas un rasgo particular de la estructura social argentina respecto del contexto latinoamericano y un factor esencial en el modelo de integración social”, dicen Inés González Bombal y Maristella Svampa en un estudio comparativo sobre movilidad. “Sin embargo, en las últimas décadas la Argentina ha conocido un gran aumento de las nuevas y viejas formas de pobreza, de precariedad laboral y, más recientemente, tasas de desempleo nunca alcanzadas en el pasado”. Esta inflexión estructural revela una creciente polarización entre los “ganadores” y los “perdedores” del modelo, con una virulencia nunca vista, lo que echó por tierra la representación de una “clase media fuerte y culturalmente homogénea” y sus esquemas de armonización con los modelos económicos implementados en el tiempo.

Los modelos cambiaron. Los valores también. Y “la dimensión colectiva que tomó el proceso movilidad social descendente arrojó del lado de los ‘perdedores’ a vastos grupos sociales, entre los cuales se incluyen empleados y profesionales del sector público, sobre todo provinciales, “antes protegidos, ahora empobrecidos”, en gran parte como consecuencia de las reformas encaradas por el Estado y el devenir de la economía que tributa en los altares del mercado. La ruptura de esos lazos culturales está a la vista. Fundamentan discusiones acaloradas entre los que pretenden una reconstrucción desde la realidad apremiante del hoy, y los que ven el presente filtrado por el color sepia de un pasado monolítico, supuesto, efectivo a los efectos moralizantes, pero difíciles de verificar e imposibles de recrear.
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El diagnóstico no es bueno. Ni la proyección. Y no lo será nunca si seguimos en la misma, como sugirió Einstein; si seguimos variando recetas que ya fracasaron una y otra vez, y que tienen a la pobreza como instrumento de la política: de la peor de ellas.

Tal vez el punto fundante que nos plantea la pandemia pueda habilitar, en todo caso, una redefinición de urgencias: generar otros pactos y que esos pactos miren el futuro con los elementos de la complejidad actual. Volver al pasado no es una opción. No debería serlo, al menos, y no deberían permitirlo los que miran la vida desde la tabla de los resultados.

Y dados los números, tal vez sea necesario -además de urgente- sustentar mayor cantidad de políticas públicas que perfeccionen las herramientas que atienden a las infancias. Rediscutir los alcances de una real igualdad de oportunidades. Sostener con hechos la inclusión de la mujer en la agenda pública y política. Tomarse en serio la protección del ambiente y, en todo caso, retomar la agenda de la región, que era ya una agenda hace 60 años, para, entre otras cosas, hacer valer nuestras demandas en función de nuestras potencialidades, y dejar de ser solo los mendigos solitarios del poder central por una reparación que no llega y que por tanto nos incapacita.

Tal vez llegó el momento de entender que el poder por sí solo no engendra sabiduría. Que es necesario incluir para pensar. O mirar, por ejemplo, estrategias como las que plantea la Universidad del Nordeste en su regionalización, en su implementación de planes encadenados en las provincias en las que está presente, su postura de gestión y autogestión ante la realidad virtual que aceleró la pandemia, su producido de conocimientos y su generación de profesionales, acciones que en conjunto siguen siendo la puerta más grande y segura hacia la consecución de un capital preparado para exorcizar las impericias que, al abundar, robustecen el estado de cosas.

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Política, economía y elecciones

Hoy hablamos con Daniel Collinet acerca de la economía, del plan oficial de control de precios, o de alivio, que tiene mucho de kirchnerismo y de electoral. También hablamos de las implicancias en la provincia. Esta es una de las columnas que semanalmente tengo (los días lunes) en el programa “No está todo dicho”, dado el año electoral y las necesidades básicas insatisfechas de desenmarañar la complejidad extrema del sistema y los procesos políticos correntinos.
Gracias Daniel por el espacio, que espero sirva para que entre todos nos ayudemos a pensar lo que nos pasa y por qué nos pasa.

Mirá el video aquí:‼️?

EDUARDO LEDESMA 22/04

Política, economía y su influencias en las próximas elecciones. Eduardo Ledesma y todo su análisis en NETD TV

Posted by No Esta Todo Dicho on Tuesday, April 23, 2019

 

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La oportunidad de Valdés

 

INFOGRAFIA: AUGUSTO VILAR / DIARIO EL LITORAL. FUENTE: ELABORACION PROPIA SOBRE LA BASE DE DATOS DEL INDEC Y DEL OBSERVATORIO DE LA UCA

Corrientes es la ciudad/provincia más pobre del país. Sin atenuantes. Lo dijo el Indec en su último informe y el dato impactó de lleno en el Gobierno que, hasta entonces, hasta la formulación estadística de esa realidad, corría solo una apacible carrera hacia las elecciones del 2 de junio, o rumbo a la hegemonía, o, si miramos bien, hacia la antesala de la suma del poder público.

Nadie en la administración provincial, lícitamente, esperaba que el mayor de los reveses desde que Gustavo Valdés es el inquilino de la casona de Salta y 25 de Mayo, llegara desde el propio Gobierno nacional. Del fuego amigo. Del planeta mayor en la alineación cósmica que nos iba a sacar del ostracismo, o de la “postración”, para usar un término que usó el propio Gobernador.

Fue duro, y se notó en las reacciones.

Fue duro que nos digan que uno de cada dos correntinos es pobre. Y que uno y medio de cada diez no alcanza siquiera a comer seguido. Porque aquí hay un dato: más de 150 mil correntinos son indigentes. Son los que están en el precipicio. Los que bailan en la sombra, diría alguien, con puñal poético.

Pero más allá de la dureza de esta situación, la verdad es que nadie de buena voluntad puede/debe sorprenderse. Los hipócritas, que los hay en ristra, obvio que lo harán. Pues como dice el doctor Fernando Abelenda, “la nuestra es una sociedad que se nutre de contradicciones: por un lado reivindica los valores cristianos y, por otro, exhibe niveles de injusticia social y de pobreza indignantes”. Amén.

Veamos:
El dato de la pobreza, que empeoró en el segundo semestre de 2018, ni es entera responsabilidad de Valdés ni es una novedad exótica. La estructura de la pobreza de Corrientes es dura, larga, vieja. Si hay responsabilidades allí, hay que buscarlas al menos desde principios del siglo pasado. Por eso mismo hay oportunidades. Muchas. Porque a Valdés no se le pide la derrota del flagelo (ojalá pueda hacerlo), sino que ponga el barco en esa dirección. Que atienda la materialidad de la carencia, pero también, y sobre todo, lo inmaterial de la falta, el arco institucional por ejemplo, para dotar a la gente de condiciones de dignidad hace tiempo perdidas por falta de horizontes.

Valdés tiene la oportunidad de mejorar las cosas, que no es lo mismo que maquillar un índice y mentir o mentirse. Constituiría ello, de hacerlo, una variante doble entre la negación y la mutación en el otro, en lo que hasta hace 5 minutos se criticaba. Porque hacer un propio índice de pobreza para mejorar los guarismos (como sugirió el ministro de Hacienda, Marcelo Rivas Piasentini), no es otra cosa que lo que hizo a comienzos de 2007, en la Nación, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Y criticar la forma de medición del Indec no sólo es muy parecido a lo que hacía el kirchnerismo, sino que es, además, impactar de lleno tal vez en una de las pocas acciones que Mauricio Macri hizo bien desde que es presidente: dotar de solvencia técnica y confiabilidad política y simbólica a los números nacionales del Instituto de Estadísticas.

Valdés tiene la oportunidad de evitar convertirse en lo que criticó, porque tiene en sus manos la concreción de una cantidad de proyectos que podrían generar trabajo de calidad que impactarán de verdad en los índices. Es la forma de salir. No lo son, él lo sabe, ni el plus ni el “plus-cito”, como dijo. Dibujar un guarismo nuevo, condescendiente, no será más que el muro que algunos dictadores construyeron, décadas atrás, para tapar la vista hacia los pobres.

Valdés tiene una oportunidad. Dejar de negar. Cambiar para siempre el negacionismo de sus antecesores.

Tiene la oportunidad de hacer, que es una oportunidad reservada para pocos. Oportunidad que muchos desaprovechan, además, y no es sólo un juego de palabras. Es la necesidad de conferir acción política al discurso político.

Valdés tiene la oportunidad de salir de la zona de su confort, que vendría a ser el trabajo por y para los empleados públicos, y encarar con paso firme y rápido lo que pregona: una proyección de desarrollo que incluya también a la poca/mucha población que no depende directamente del Estado en Corrientes. Porque pobres también, y sobre todo, hay en este segmento.

Los empleados públicos, para decirlo abiertamente, no son los únicos que viven en Corrientes. Y tampoco son los únicos pobres.

Más aún: si el Gobierno publicita con pompas e insistencia la universalidad de su plan alimentario escolar, no es porque le guste el derroche de dinero que no hay, sino porque sabe que los chicos lo necesitan. Necesitan comer, primero, para saciar el hambre, y luego alimentarse para poder estudiar. Así de lejos queda nuestra línea de largada.

Valdés tiene la oportunidad de reconocer incluso que los sueldos que se pagan, por más que se paguen religiosamente, son sueldos de pobreza. Y además se pagan en negro. Porque al reconocer esa situación, de nuevo, se puede mejorar.
De hecho, cualquiera que mire los cronogramas de pago sabe que los primeros tramos del Gobierno están por debajo de la línea de pobreza. La cosa es más grave si miramos los sueldos de Capital. Solo los funcionarios cobran por encima de esa línea en el Municipio. Y esos también son empleados del Estado. Esos y los de los restantes 73 distritos.

Valdés tiene la oportunidad de zanjar las supuestas diferencias estadísticas entre la ciudad y el campo. Primero porque en las ciudades vive la mayor parte de la población provincial y segundo porque, o no se conoce la realidad o se está mirando otra provincia: pero en el campo correntino la pobreza no solo está, sino que es un integrante más de las familias desde los tiempos de la creación.

Valdés tiene la oportunidad -y eso sí es para aplaudir, porque ya lo mencionó públicamente el viernes- de sanear la situación de las estadísticas locales.

Desde que murió Telva Gallesio, en 2013, la Dirección de Estadísticas de Corrientes fue una bola sin manija. Muchos de los profesionales de esa repartición trataban de hacer lo que podían, sin objetivos ni rumbo. Hace tiempo que tienen problemas salariales y, por si fuera poco, recién antes de irse echado por Valdés, el ex ministro Vaz Torres produjo el nombramiento de un director que, por lo que se ve, aún no le encuentra el agujero al mate.

Las estadísticas provinciales que importan están publicadas sólo hasta 2014, desde entonces casi no sabemos nada de Corrientes, y lo que sabemos lo sabemos por la Nación.

Pues bien: Valdés tiene la oportunidad de sanear la Dirección de Estadísticas, limpiar los rastros de cualquier interna política si es que la hay, y retomar la elaboración profesional de datos por al menos tres razones:

a. Porque hay gente capacitada para hacerlo y porque esos datos ya eran profesionales. Basta con darles objetivos y reeditar los mejores procesos de producción de ese valioso conocimiento cifrado, estadístico.
b. Porque su gobierno -el de Valdés, pero también cualquier otro- necesita instrumentos de navegación para tomar decisiones, lo que además demuestra lo importante que es tener un yacimiento de información pública confiable y permanente, sin bombas de activación remota.
c. Y porque también el ciudadano necesita saber dónde está parado para tomar sus propias decisiones. Es una base necesaria, primera, si en verdad queremos que el sector privado también colabore con el desarrollo provincial.

En fin. Valdés tiene la oportunidad de hacer un buen gobierno. Y todavía está a tiempo, aun por encima de las cuestiones económicas del país que impactan directamente en el ritmo de su plan de acción. (Era allí, en todo caso. En el fracaso económico había y hay un flanco enorme para asestar la crítica a Macri, no en las estadísticas).

Valdés tiene la oportunidad de hacer un gran gobierno, para lo cual necesita, de movida, el acompañamiento de todos los sectores políticos y sociales. Condición necesaria de Valdés si quiere un gobierno abierto, y del resto, si la intención es no quedarse sólo en la crítica.

La oposición, que en Corrientes es poco menos que el peso de su propio nombre, debería tomar nota de su responsabilidad, que no es hacer leña del árbol caído, porque también debe pagar, eventualmente, su cuota parte de este estado de cosas.

La oposición, más que hacer gráficos comparativos y compungirse y arroparse con los disfraces de la campaña electoral, debería ayudar a encontrar la salida, a generar mecanismos de control, que está visto que son indispensables más allá de la coyuntura. Entre otras cosas para evitar los excesos.

Así, y ahora que despertó de su luna de miel con este dato doliente de la realidad, el Gobernador tiene la oportunidad de sacarse las últimas ataduras políticas/partidarias y poner en fila a su equipo de gobierno. De expulsar a los soñolientos y seguir con los ya despabilados o con los no aburguesados después de tantos años de quietud.

Es aquí y ahora, antes de entrar en tiempo de descuento.

Esta es su oportunidad.

Es una cruzada, sí. Pero no está solo. Lo acompañarán los sectores más ricos y la clase media todavía no pobre de pobreza absoluta, porque ambos sectores quieren estar mejor. Y resistirán: de eso no hay dudas.

Tampoco hay dudas en el acompañamiento de los pobres, porque los pobres lisos y llanos, además de ser muchos, harán todo lo que esté a su alcance para ayudarse a sí mismos a salir del infierno. Sólo necesitan que se les tire una soga. Y que quede claro: no trabajarán por ser radicales ni por ser valdesistas. Sencillamente lo harán porque los pobres no tienen tantas oportunidades, y perder una es mucho más que eso. Mucho más.

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#Paso2017: ¿quién ganó y quién perdió?

 

Se realizaron ayer las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, y pese a que hubo ganadores y perdedores -al menos desde el discurso y desde la interpretación política que se hicieron y se harán en los próximos días, es muy poco lo que queda de este proceso como ganancia colectiva.
Las Paso de ayer constituyeron, al menos para los capitalinos de Corrientes, la segunda parada electoral del año, de las cuatro que deberán afrontar hasta octubre. Todavía quedan los comicios municipales-provinciales y las nacionales, y eventualmente una segunda vuelta si es que ninguna de las fórmulas provinciales logra imponerse el domingo 8 de octubre.
Esto mismo, la cantidad de elecciones que sumergen a provincias como la de Corrientes en una especie de campaña permanente, termina por despolitizar a la sociedad, muy por el contrario de lo que supondría el sentido común. Opera una suerte de hartazgo, más allá de que ayer la afluencia de electores, que rondó el 71%, puede considerarse relativamente buena. Pero es la más baja desde que hay Paso.
Puede suponerse asimismo que la industria electoral le sirve más a la clase política que a “la gente”. Y esto teniendo en cuenta la distancia histórica que se manifiesta incólume entre lo que se promete y lo que finalmente se hace.
Si fueran por promesas, esta provincia sería como Suiza, pero sin embargo sigue siendo Corrientes: la que alguna vez fue, la que hoy aparece como una de las pobres de una región empobrecida.
Pero no sólo eso. De no mediar un cambio radical en la conducta social y política, nada hace suponer que vaya a cambiar esa matriz. Entre otras cosas porque no se discuten modelos sino chismes, chicanas y opiniones más que propuestas, planes o proyectos.
Tampoco irá a cambiar algo si los ciudadanos no saben a quién reclamarle qué cosa. A los candidatos casi no se los conoce, y esto lleva a preguntarse algo central sobre el modelo electoral argentino. Las Paso ¿cumplieron su objetivo? Además de costar 2.800 millones de pesos para erigirse en una gran encuesta nacional, ¿sirven para otra cosa?
La investigadora asociada del programa de Instituciones Políticas de Cippec, María Page, estudió el fenómeno y llegó a varias conclusiones:
-Las Paso fueron controversiales desde su origen. Ya en 2009, cuando se debatía su implementación, se las acusó de ser proscriptivas; de conllevar una intromisión excesiva en la vida interna de los partidos; de buscar dividir y desgastar política y económicamente a la oposición; y de resultar injustificadamente onerosas para el Estado y cansadoras para los votantes.
-Los promotores sostenían que perseguía objetivos difíciles de cuestionar: fomentar la democracia interna de las agrupaciones; alentar la restructuración del debilitado sistema de partidos; y ofrecer opciones electorales más claras a los votantes.
-Pese a todo, están los números: en 2011 no hubo competencia para presidente, pero, en 2015, tres fuerzas eligieron sus candidatos presidenciales en primarias con competencia. Para diputados, compitieron una de cada diez agrupaciones en 2011; una de cada cuatro en 2013; y una de cada cinco en 2015. Este año, la información oficial sugiere que habrá niveles de competencia similares a los de 2013.
-Así las cosas, el efecto más evidente de las Paso es la reducción en la cantidad de partidos y alianzas que compiten en la elección general. La elección de 2015 fue la que contó con menos listas de presidente y de diputados nacionales desde 1983. Esto se explica porque las Paso fomentan alianzas entre los que temen no pasar del umbral y facilita la asociación entre quienes, si se juntan, tienen chances de ganar.

***

Ahora: sin las Paso ¿hay algún otro mecanismo posible para democratizar los partidos políticos y desterrar al menos lentamente la dedocracia, la autocracia o la postura sostenidamente oligárquica de los partidos políticos? Habría que buscarla.
Sucede que los que piden internas, reniegan de ella. Los que montaron la farsa de la democratización, cuentan los votos totales de las listas únicas que armaron a gusto y piacere, evitando la competencia. La política de Corrientes, por tanto, como la de casi todo el país, no puede salirse de la lógica de los relatos agrietados, por lo que en general toda la puesta en escena no deja de ser sólo eso.
Las Paso sirven para elegir candidatos a legisladores nacionales. Representantes locales, es cierto, pero al Congreso de la Nación, donde se discute una agenda general, nacional. Y hasta ahí todo bien, a no ser porque ninguno de los candidatos locales se hizo escuchar sobre los temas que están en carpeta para la discusión en el Congreso.
Hablan de trabajo, de pobreza, de alinear nación, provincia y municipio, de arroparse al calor de la billetera del pagador de turno, pero nada o muy poco sobre qué harían sobre el aborto, sobre la despenalización del consumo de marihuana (ni hablar de otras drogas), sobre la nueva ley de servicios de comunicación, sobre la reforma electoral, sobre el desfinanciamiento de las investigaciones científicas, sobre el blanqueo de capitales o sobre la redistribución de la coparticipación federal.
Hablan más bien de generalizaciones, de banalidades, y en el único punto en el que se acentúa el posicionamiento (también general) tiene que ver con la marcha de la economía, que se aborda más desde la ideología que desde el conocimiento técnico, de uno y otro lado.
Ni por equivocación aparece en la agenda de los candidatos la materialización de una vieja idea: conformar un bloque regional que tenga como norte al Norte, no al bolsillo de cada uno, que serán llenados de acuerdo con el grado de entrega al centralismo nacional.
Así entonces, y teniendo en cuenta estos apuntes: ¿quién ganó y quién perdió este domingo? ¿Hubo ganadores y perdedores? Tal vez. Pero, ¿vale invertir cerca de 3.000 millones de pesos sólo para eso? ¿No hay otras prioridades? Sí. ¡Y la democracia es una de ellas! Y el gasto es aceptable para sostenerla, pero no a cualquier precio.

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Debe quedar claro algo: criticar las Paso no implica levantar banderas de la anti-política, como pretenden algunos. Lo que se busca, por el contrario, es en todo caso mejorar los mecanismos para que la participación ciudadana sea efectiva. Hay miles y miles de argentinos que se comprometen con su participación política, diariamente, desde muchos espacios. Y eso porque entienden que sólo así se puede construir una mejor sociedad, un proyecto colectivo.
Es allí donde se deben fortalecer los mecanismos de participación… Para que la casta política pueda finalmente renovarse, no sólo en años sino también en prácticas. Para que aquellas personas comprometidas y honestas, de todos los ámbitos, puedan involucrarse en la cuestión pública y no salir asqueados a los pocos meses.
Hay un clima de época que denota un fuerte y amplio interés ciudadano por participar de cuestiones políticas en la sociedad, más allá de lo partidario. Masivas marchas -de uno y otro lado de la grieta-: #NiUnaMenos, #MuerteDeNisman, #MarchaDeSilencio, #Amia, #18F, #2x1genocidas, #NiOlvidoNiPerdon, #DondeEstaSantiagoMaldonado, #NosotrasParamos, #VivasNosQueremos, #BastaDeFemicidio, #Violencia, #Inflación, #BastaDeCorrupción, etc. Un magma que podría encontrar su cauce en la aportación real si es que ocurre lo que tanto se pregona: una promoción efectiva de la participación ciudadana.
Entonces: ¿sirven o no las Paso? ¿Sólo merecen condena o también alguna reivindicación si efectivamente se cumple el espíritu con la que fue creada? En todo caso, ¿hay que eliminarlas o buscar otro mecanismo más viable para los tiempos que corren? El debate queda abierto.

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Formosa: el reino implacable de Insfrán

Lleva 22 años consecutivos como gobernador, en los que ha avasallado todas las instituciones; es una de las provincias más pobres y vive bajo el flagelo de la corrupción y el narcotráfico.

Insfrán no sólo acumula cinco períodos consecutivos. Con mano dura, persecución a la oposición y a la prensa, y avasallamiento de todas las instituciones, es el gobernador con más poder. Y uno de los más ricos. Muchos lo comparan con un señor feudal. También es llamado patrón y dictador. Para otros, sencillamente Formosa es una provincia con dueño.

Leé la nota completa aquí:

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Sé que Buenos Aires tiene un fijación particular con Formosa. Se también que Formosa es lo que cuentan y algunas otras cosas, no siempre buenas. Duele Formosa, porque allí hay gente valiosa, que trata de hacer las cosas, de hacerlas bien, y de sobreponerse al contexto. Muchas veces no lo logra. Por eso, para ratificar la perspectiva, recomiendo esta nota de Carlos M. Reymundo Roberts Y para darnos cuenta de que Corrientes no escapa a la lógica, que en el reino de Colombi las cosas no son tan distintas: si hasta estuvimos a punto de reformar la Constitución para habilitar la re-reelección, ¿o no?

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Las 10 lecciones de la elección Capital

Cuáles son las lecciones que han dejado las elecciones del pasado domingo 4 de junio en Capital? ¿Puede hacerse un análisis cualitativo, por encima de los números, aunque sin desconocerlos? ¿Hay espacio, en una democracia incipiente como la argentina y correntina para desafiar a la mayoría? ¿La gente que es acarreada para votar, lo hace con libertad? ¿Vota libremente quien por el contrario va por sus propios medios? ¿Es posible la libertad en una provincia donde manda el Estado por sobre todas las industrias? ¿Si ese genérico inconmensurable que se cataloga como “la gente” aprendió a votar -como dicen algunos-, por qué la lógica de todos los partidos políticos sigue siendo la del siglo XIX? ¿Para qué el acarreo, la bolsita, la plata de regalo, y la inmensa cantidad de souvenirs electorales, si la gente vota a conciencia?
En esta nota trataremos de entender (sin pretensión de agotar ningún análisis) dónde está la fuga: si en la mirada de quienes creen en la estructura que estructura -al decir de Bourdieu-, o en la hipocresía de quienes pregonan el humanismo tratando a los humanos como animales (de granja, por su docilidad). Ganó Tassano y este es un estado de cosas, el mismo si hubiese ganado Ríos, porque el sistema los atraviesa a ambos y los excede, generalizándose sin fin.

Lección 1
“Los partidos políticos triunfan o son destruidos por sus conductores. Cuando un partido político se viene abajo, no es el partido político quien tiene la culpa, sino el conductor”. Juan Domingo Perón

Siguiendo esta máxima peronista, Fabián Ríos es el responsable absoluto de la derrota del domingo 4 de junio. A su favor puede decirse que asumió inmediatamente la culpa y el cargo. No sólo reconoció su yerro, sino que lo hizo sin desparramar imputaciones. Y en el mismo acto, en el marco de un desusado republicanismo, saludó al vencedor, Eduardo Tassano, actitud que terminó por descomprimir todo el proceso que concluyó el jueves último con el acta de cierre y validación de las elecciones tras el escrutinio definitivo que arrojó este resultado: el cardiólogo radical aventajó al ingeniero peronista por 7.763 votos.
Pero como Perón hay para casi todo, podría decirse, asimismo, que el gran ganador del domingo fue el gobernador Ricardo Colombi: el radical más peronista de los que tienen algo de vida en el escenario nacional. Y esto, entre otras cosas, por lo que sigue:

Lección 2
“Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jamás para él. Juan Domingo Perón.

Esta frase del General, provocadora como todas, sustenta en parte el discurso de campaña de Colombi: cercanía y empatía con la gente de a pie. El humanismo entendido como aquel en el que nadie es más que nadie. Evidentemente, aquí hay una clave: el discurso del humanismo se impuso al de la planificación estratégica, despersonalizada. Los planes derrotaron a las obras. Triunfó el corazón por sobre las tripas. Al fin y al cabo, como dice el Gobernador, el asfalto no se come. Sí se come con el producido del trabajo (que es lo mismo para el albañil que para un asistente social), pero en el PJ no alcanzó el tiempo ni la inteligencia para explicarlo fácil.

Lección 3
“Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”. Simón Bolívar.

El pueblo de la Capital entendió esto hace rato. Tanto, que no le dio la reelección a nadie desde que puede hacerlo. En su historia no hay más que cuatro años para demostrar valía.

Lección 4
“La democracia es el proceso por el cual la gente elige al hombre a quien culpar”. Bertrand Russell

¿Culparon los capitalinos a Ríos, castigándolo con el voto? ¿De qué? ¿De haber hecho un acuerdo no sabemos con quién ni para qué? ¿Quién lo traicionó? ¿Lo culparon por tratar de exculparse del kirchnerismo? ¿O por kirchnerista cobarde? ¿Por haber despreciado a los propios que traccionaron votos capaces de darle la elección? ¿Lo culparon de soberbio como vociferan hoy algunos “compañeros”, agazapados para dar el zarpazo y dejarlo en el camino? ¿Es cínico el electorado o lo son los dirigentes? ¿Por qué el respeto que no fue posible durante el proselitismo recién apareció después? Apenas cerraron las urnas salieron (muchos) a reconocerle al Intendente su don de gente y su buena gestión, que entre otras cosas, eleva la vara para el médico que lo sucederá…

Lección 5
“Me hierve la sangre al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la Patria”. Manuel Belgrano

El domingo ganó una pretensión: reinsertar a la ciudad en el mapa político nacional. Una pretensión porque ocurriría recién a partir de diciembre (¿Hay que esperar hasta entonces?). Y porque la alineación total Nación-Provincia-Municipio se dará, o no, cuando se elija gobernador. Recién entonces sabremos si la ciudadanía está pensando en alinear o en cambiar y repartir el poder. Es una pretensión, finalmente, porque generalmente no ocurre. Siempre por H o por B, pero no ocurre, porque vencen las mezquindades por sobre el amor a la patria. Y cuando esto ocurre, desde el Estado no es otra cosa: es la antirepública, sin más.

Lección 6
“La democracia no es más que el gobierno de las masas, donde un 51% de la gente puede lanzar por la borda los derechos del otro 49%”. Thomas Jefferson

Esta idea fue pensada y dicha entre los siglos XVIII y XIX. A la luz de nuestra realidad nacional nunca abandonó su vigencia. La grieta nos atraviesa, y lejos de disolverse, como prometieron algunos, se profundiza. Dijo Fernández Díaz en La Nación (hace 5 días) que Durán Barba mandó a insistir en el tema. He allí un problema, porque el macrismo que ganó prometiendo desterrar el kirchnerismo está cayendo en la misma trampa, usando las mismas mañas, matando con las mismas armas. Han demostrado no tener empacho en apelar a la fortaleza del Estado para seducir o comprar voluntades. Las elecciones del domingo lo demuestran. ¿No era eso lo que había que desterrar? ¿La billetera sigue estando para premiar y castigar? ¿En qué quedamos entonces? ¿Está bien que las inauguraciones y los anuncios de obras se amontonen las dos semanas previas a las elecciones, para después aletargar todo el funcionamiento estatal?
“La victoria no da derechos, sino obligaciones”, dijo Colombi el domingo del triunfo. Ojalá, para empezar, se entienda que el triunfo fue posible por la mitad más uno. La mitad menos uno cree en otra cosa. Y su dignidad no puede ser apaleada por una circunstancia electoral.

Lección 7
“Sigan a ideas, no sigan a hombres, fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática”. Raúl Alfonsín.

Agotado constitucionalmente el ciclo más personalista de la historia reciente de Corrientes, corporizado por Colombi, este y los suyos dieron un vuelco: ahora ya no importan los nombres, sino el proyecto. Casi como pasó con el kirchnerismo, cuando al final del camino se encontraron sin frutos. Ello no obedece a otra cosa, sino a no haberse preocupado por la siembra.

Lección 8
“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Winston Churchill

Si algo quedó demostrado el domingo es que Colombi, corriendo con ECO+Cambiemos como vehículo electoral, es invencible. Salió de atrás, remontó, produjo el quiebre y ganó. Es, el Gobernador, una máquina electoral de una efectividad tan alta, que después no traduce esa efectividad en la gestión. Hay números que lo corroboran (pobreza enorme y estructural, falta de trabajo, niveles educativos bajos, mortalidad infantil alta, falta de infraestructura, caminos, energía, y muchos etcéteras que se apilan a los años que lleva de ejercicio). Lo mismo puede decirse de Cristina Kirchner. O de Camau Espínola. Son más candidatos que estadistas. ¿Por qué? Por el objetivo de su mirada.
Asimismo, el “ya ganamos” de Ríos, sustentado en encuestas fallidas, lo coloca en las antípodas, recordándole, en el mismo acto, un viejo saber popular: nunca es bueno cantar victoria antes de tiempo. Y menos si el competidor de enfrente es Colombi. El día que el PJ entienda que ir a las urnas con el jeque del paiubre no es ir a misa con la Madre Teresa, tal vez podría enderezar su rumbo electoral. Después, podrá empezar a ver cómo llegar a la gente, que son cosas distintas, por supuesto.

***

Estos párrafos no tienen la intención de quedarse en la liviandad de una chicana discursiva. Se sostiene en la idea-deseo de que alguna vez, el esfuerzo, sacrificio, inversión de recursos humanos, técnicos y económicos puestos en una campaña electoral, se presten de la misma manera a la gestión de un gobierno exitoso, porque el producido de un mal gobierno no afecta al gobierno, sino a los gobernados.

Lección 9
“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento. Nelson Mandela
La cosmovisión de Mandela, galvanizada en la realidad sudafricana, es universal porque bien puede aplicarse a Sudamérica toda, Argentina y Corrientes incluidas. Las estadísticas le darían la razón, se tome el Indec que se tome.

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Para terminar, dos visiones. Una pesimista y otra optimista de la política. También, dos posturas que se fundamentan teóricamente desde veredas opuestas, desde trayectorias personales y hasta de clases sociales distintas, para que cada uno haga la síntesis que mejor prefiera.

Lección 10
a. “Para mí la democracia es un abuso de la estadística. Y además no creo que tenga ningún valor. ¿Usted cree que para resolver un problema matemático o estético hay que consultar a la mayoría de la gente? Yo diría que no; entonces ¿por qué suponer que la mayoría de la gente entiende de política? La verdad es que no entienden, y se dejan embaucar por una secta de sinvergüenzas, que por lo general son los políticos nacionales”. Jorge Luis Borges
b. “Pertenezco a una generación que quiso cambiar el mundo. Fui aplastado, derrotado, pulverizado, pero sigo soñando con que vale la pena luchar para que la gente pueda vivir un poco mejor y con un mayor sentido de igualdad”. Pepe Mujica

Llegar hasta aquí es sólo darse cuenta de lo relativo de las cosas. Entender la necesidad de ver la vida como un devenir, donde del camino es la lucha lo que importa. Al fin y al cabo, como dijo alguien, ECO no hace más que ganar elecciones. Y el PJ no más que perderlas. No es así si se mira a 4 u 8 años. ¿Pero y si se mira a 40?

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